Mejores videojuegos del año 2020 según Brenda Giacconi
Vaya locura de año que dejamos atrás. Rumores constantes, compras y ventas millonarias, juegos atrasados y una nueva generación que, por el momento, promete muchísimo. Por lo tanto, hemos contado con joyitas varias que no solo ponen a prueba la potencia de las consolas más recientes, sino que también expanden universos conocidos y presentan otros mundos dignos de formar parte de los anales de los videojuegos. Sin embargo, como ya veréis los juegos que más han fascinado al público en otras listas, os dejo por aquí títulos un poquito más humildes a los que también vale la pena echarles un vistazo.
Si, como a mí, os llaman la atención las distopías catastróficas, es muy probable que le cojáis el gustillo a Aquanox: Deep Descent. Un mundo futurista en el que el ser humano se ha visto obligado a sobrevivir en el océano con ayuda de naves submarinas y toda la tecnología posible. El entorno oscuro y hostil de las aguas más profundas abruma, el peligro es constante y hay que comprender la importancia de cada accesorio para nuestra nave. Una aventura lineal que tiene lo justo de aprendizaje de todo lo mecánico y las suficientes batallas como para que resulte entretenido.
Arañas. Por. Todas. Partes. Y lo mejor: hay que matarlas de las maneras más hardcore posibles. No necesita más razones para estar en mi top, pero aprovecho para destacar su originalidad simple y lo divertido que resulta ir encontrando las arañas más variopintas (y cabronas, todo sea dicho) para dispararles con un revólver, lanzarles estrellas ninja o, por supuesto, prenderles fuego. Porque evidentemente es la manera más idónea para acabar con ellas. El juego dura un par de tardes como mucho, pero deja un regusto gracioso.
Diplomacia regia con lo que conlleva mantener la línea de una dinastía: alianzas, alabanzas desmedidas, traiciones, asesinatos, guerras religiosas y más aspectos que caracterizan este oficio. La gestión pausada obliga a pensar más de dos veces cada acción, teniendo en cuenta todas las posibles consecuencias a nivel territorial, económico, ideológico y de renombre. Complicado de sobrellevar, pero perfecto para los amantes de los juegos de organización más estrictos.
Algunos pensarán que las aventuras gráficas al estilo de la edad de oro de LucasArts ya no existen. Y por eso incluyo este juego en la lista, porque Stuck In Attic nos rememora esas épocas con Gibbous: A Cthulhu Adventure. Un point & click que rebosa esa comedia tan típica de estas obras mientras explora la Pensilvania en los videojuegos alejándose del tradicional vampirismo. Un título oscuro que se allana con muchos comentarios graciosos y una animación tan influenciada por Disney que nos devuelve a la infancia. Ah, y tiene una gata parlante.
Halloween es la fecha clave para sacar los juegos de miedo del año. Unas entregas que, si bien cambian en argumento, mantienen ese sistema de jugador perseguido por un monstruo. Siempre igual. Pero Carrion es totalmente distinto, y por eso me ha cautivado. Se gira la tortilla para ofrecer una aventura sangrienta con un diseño de píxel-art de lo más trabajado en la que nosotros nos convertimos en el monstruo aterrador. La experimentación les ha salido bien y la idea de ser el malvado de la historia encaja de maravilla.
El estudio de E-Line Media no viene a romper la pana. Podríamos decir que Beyond Blue es uno de esos ‘Serious Games’ que propone un documental interactivo sobre la fauna oceánica, destacando por encima de todo los cachalotes. Es lento, pero invita a respetar los mares con concienciación y datos de lo más interesantes sobre un bioma que, por lo general, es muy desconocido. No será un juego al gusto de todos, pero es una de las mejores formas que he podido experimentar de ver el videojuego como algo de lo que aprender.
Mezclas, experimentos musicales y mucha fiesta. Jugar a FUSER es meterse de lleno en un festival desenfrenado en el que darlo todo por las melodías. Nos hace cabecear al ritmo de la música hasta el punto de que combinaciones de lo más extravagantes pueden dar un buen resultado, creando así una de las mayores inmersiones en el género musical. Ni instrumentos de plástico, ni baile encima de unas flechas de goma: una colorida pantalla que, con su propuesta de constante creatividad, nos sumerge en el mundo musical más que nunca.
No es un “Zelda”, pero rebosa de su esencia a más no poder. No hay mazmorras ni exploración, pero hay una constante conexión con la historia de Breath of the Wild que nos invita a conocer mejor a todos los personajes que formaron parte de una de las aventuras más legendarias de Link. Al tratarse de un musou, la batalla contra cientos de monstruos es constante y repetitiva, pero esto se palia tan bien con el resto de la entrega que no importa luchar hasta el final. Y, para demostrar lo que supone el comienzo de un cataclismo de enormes magnitudes, el género le va perfecto.
El rogue-like que ha cautivado todas las redes sociales. Y es que lo tiene todo: un objetivo clarísimo, una de las ambientaciones religiosas más conocidas, combates desenfrenados, estrategias variadas, historias en segundo plano y, sí, personajes variados y de buen ver. La historia simplona se vuelve adictiva al incorporar tantos elementos que fascinan casi a cualquier jugador. Y el diseño artístico es una maravilla.
El juego de lo ‘wholesome’, de los comentarios bonitos y de los furros que caen bien. Se dice que ha salvado la cuarentena de muchos, y estoy de acuerdo con ellos, pero aun sin confinamiento habría sido de lo mejor de este año. Calmado, adorable, colorido y de lo más positivo, es un juego que probablemente debamos tener en cuenta cuando tenemos un día de bajón. Además, permite una creatividad nunca vista en la franquicia, por lo que da para cientos de horas, ideal para los que más quieran explotar una experiencia tan bonita.
Y hasta aquí mi lista de los mejores juegos del 2020. Un top algo humilde de lo que más he disfrutado en un año tan turbulento y lleno de títulos potentes y noticiones variados. Como siempre, muchas gracias a todos los lectores que habéis llegado hasta aquí soportando mis reflexiones aleatorias y mis descubrimientos de entregas tanto de esta época como del siglo pasado.
¡Que tengáis unas fiestas llenas de turrones, chocolates y muchas aventuras virtuales!
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