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Analisis Beyond Blue ,PS4

Como un museo, pero mejor
Lunes 22 de Junio de 2020 por Brenda Giacconi

“La ciencia siempre ha ido a la zaga de la industrialización. Me gustaría que por una vez, la ciencia adelantara a la industrialización… y que fuera la ciencia la que definiera los límites de la industrialización”. 

 

?Dra. Mandy Joye, científica marina y exploradora.

 

El nacimiento del videojuego ha supuesto una innegable revolución tecnológica cuyas iniciativas se han llegado a alejar del entretenimiento vacío para acercarse al usuario a un nivel más humano. No puedo estar más orgullosa de afirmar que, poco a poco, se valoran con una mirada más reflexiva la potencia cultural, social y educativa de los mismos. Centrándonos en este último ámbito, hemos sido partícipes de diseños que alteraban títulos ya estrenados con el objetivo de incorporar elementos formativos, dando como resultado magníficas maneras de aprender conceptos complicados.

 

Pero hay ideas que van aún más allá en cuanto al aprovechamiento de las características más notables de este divertimiento digital, de manera que lo convierten en una herramienta funcional y adecuada de transmisión de conocimientos. Y Beyond Blue es uno de estos ejemplos de éxito; un documental en formato de videojuego sobre la fauna marina que ha conseguido algo que pocos museos logran: despertar mi curiosidad de niña.

 

 

Un acuario en pantalla

 

Os aseguro que, tras jugar los primeros minutos de este título, mi único pensamiento era que estaba en un museo.

 

Beyond Blue promete una experiencia única que se basa en la divulgación de una pequeña porción del conocimiento que se sabe del océano (que también es una cantidad ínfima de todo lo que hay ahí abajo). Pero lo que más se disfruta, sin ninguna duda, es la ausencia de cadenas virtuales para explorar el fondo acuático. Porque llevando a la Dra. Mirai Soto, científica y apasionada del buceo, podremos nadar por las diferentes profundidades que ofrece el juego para admirar el escenario animal de cada zona. Además, entre la contemplación y el viaje por las corrientes, iremos almacenando datos de cada espécimen gracias a un escáner que se puede activar a elección del jugador. Esta acción da como recompensa una gran cantidad de información y comportamientos de los peces y mamíferos que analicemos, algo que pasa a convertirse fácilmente en una obsesión por aprenderlo todo de cada especie.

 

No obstante, y aunque la libertad de movimiento es un elemento esencial en el juego, también existe un argumento que obliga a hacer un seguimiento de una familia de cachalotes. La manera de presentar y desarrollar esta historia se hace de maravilla, ya que, sin meter prisa al usuario, va evolucionando a temas más complejos que invitan a la reflexión. De este modo, y aunque los cachalotes son los protagonistas del hilo narrativo, es imposible no quedarse embobado con el resto de la fauna, así como de todos los datos que se van comunicando al jugador conforme va avanzando.

 

Ballenas en Beyond Blue

 

Por otro lado, la información que se explica en el argumento se combina y detalla con vídeos sobre la aportación de los asesores del juego. Siguiendo un fin educativo, estos clips de menos de dos minutos cada uno resaltan las particularidades más relevantes del océano, su fauna, su importancia para el planeta y la tecnología que se utiliza para su estudio. Es un complemento optativo, pero realmente interesante, que amplía los conocimientos que vamos adquiriendo a lo largo del juego.

 

Todo este pack de datos conjuntos, que podría resultar abrumador, se va presentando lentamente y siempre a la elección y ritmo deseados. Existe una sensación de tranquilidad en el título que nace en el factor de la exploración bajo el agua y se transmite en todos los puntos de enseñanza que ofrece. Pero, al mismo tiempo, también se consigue reflejar ese misterio y respeto hacia el océano desconocido, ya que los ruidos antinaturales y el azul cada vez más oscuro ponen al usuario en tensión y le recuerdan que se encuentra a cientos de metros debajo de la superficie.

 

Dentro de todo lo bueno que tiene este juego, también se deben destacar algunos detalles técnicos que no se han terminado de pulir. Algunos de ellos, como subtítulos sin traducir y una interfaz que necesitaría un repaso, chocan un poco con el jugador inmerso, nunca mejor dicho, en la experiencia.

 

 

Como un museo, pero mejor

 

Empecemos por lo obvio: este no es un juego para todo el mundo. Las personas acostumbradas a la acción frenética y admiradoras de la jugabilidad dinámica probablemente no se sientan atraídas por Beyond Blue. Sin embargo, cabe destacar que tiene un encanto particular.

 

E-Line Media, la desarrolladora a cargo del título, tiene una gran experiencia en este tipo de obras, con proyectos pasados como Never Alone (Kisima In?itchu?a), una aventura que muestra el folklore del pueblo Iñupiaq del Ártico, o iniciativas educativas como Qcraft, un mod para Minecraft que incluye los conceptos de la física cuántica. Por lo tanto, no es sorprendente que la propuesta de Beyond Blue se base en ser un videojuego-documental con focalización en la interactividad. Porque esta experiencia es parecida a la de recorrer un acuario, pero mejorada.

 

 

Aprender en un museo que el cércopo es un insecto que puede saltar más de 100 veces su propia longitud, a pesar de ser un dato curioso, no es útil. Y desde E-Line Media han reflexionado sobre esto para dar al jugador una información relevante de lo que está jugando. Quizás a simple vista no parezca muy constructivo conocer que los cachalotes se comunican con sonidos que suenan como “clics” y sorprende que, durante el juego, se enfatice tanto este detalle. Sin embargo, esto se transforma en un mensaje ecológico con el que se condena el uso de grandes maquinarias agresivas para el medio ambiente, que asustan y confunden a unas criaturas cuyo pensamiento razona en base a lo que escucha bajo el agua.

 

Y hay muchos otros datos no tan relevantes que se dejan en segundo plano en forma de vídeos o especificaciones de cada animal escaneado. Peculiaridades interesantes que están ahí para aquellas personas apasionadas del mundo marítimo que quieran ampliar sus conocimientos de este medio.

 

 

A pesar de esto, es necesario admitir que la tarea de buscar y analizar especies se hace un poco repetitiva, lo que puede resultar una molestia cuando se llevan varias horas de partida. No obstante, en mi caso no ha resultado un inconveniente, ya que cada nuevo detalle me servía de recompensa personal, aunque es comprensible que haya personas que prefieran seguir el argumento a una velocidad mayor. Una vez más, se crea una analogía entre la obra y el panorama museístico, donde hay visitantes que leen sobre cada animal y característica natural en los paneles informativos, mientras que otros tienden a seguir rápidamente el camino marcado.

 

En definitiva, E-Line Media ha creado un título a tener en cuenta para el desarrollo del videojuego como herramienta educativa. A pesar de que su planteamiento de exploración y escaneado es sencillo, el núcleo del juego reside en una gran cantidad de información que se expone al ritmo adecuado para cada jugador. Su mensaje cambia, evoluciona y se divide en varios puntos que se retroalimentan entre sí, haciendo que el aprendizaje también sea una concienciación ecológica y científica desde diferentes perspectivas. Beyond Blue no es solo una obra de nadar por el océano y ver escenarios acuáticos. Se trata de una experiencia completa. Es mimo y detalle. Fauna y naturaleza. Ciencia y tecnología. Puro respeto.

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