Originalmente publicado por Sergi Solé

A la tercera fue la vencida. El Barça de Frank Rijkaard acabó por fin con su maleficio en cuartos de la Copa ante el Zaragoza y levantó (1-2) la eliminatoria merced a un inesperado golpe de timón del holandés. Por primera vez en la historia, los azulgrana remontaron una eliminatoria copera tras perder 14 veces la ida en casa tras un primoroso primer tiempo en que rescataron el 3-4-3 del Dream Team.


La final del 23 de junio, quizás en el Bernabéu y en el cuarto aniversario de la presentación de Rijkaard en el Barça, está a sólo dos pasos y es un aliciente muy atractivo para un equipo líder en la Liga y aún vivo en Europa.

Sin nada que perder y con la necesidad de dar un volantazo, el Barça demostró que aún tiene mucho crédito. La apuesta de Rijkaard destrozó todas las previsiones de Víctor Fernández. El Dream Team se paseó en La Romareda (0-4 en la Liga 1991-92 y 1-6 en la siguiente) con un fútbol espectacular por la velocidad de la circulación y la eficacia de su pegada. Lo de ayer fue la revolución.

Nada que envidiarle a aquello tuvo el juego de un Barça con Thuram de líbero y un Puyol omnipresente. La acumulación de hombres creativos delante de Márquez exigía la mayor aportación de la segunda línea, como hacían los Bakero, Amor, Eusebio y Txiki. La presión de Zapater y Movilla fue insuficiente para evitar que Xavi, Iniesta y Deco lo bordaran.


Con un falso '9', como el Dream Team hasta la llegada de Romario, Ronaldinho jugó de espaldas combinando al primer toque con un Giuly incansable en las coberturas y un Messi que enloqueció el partido con un ritmo vertiginoso. Sacó de quicio a Diogo por la izquierda y rompió a la zaga local cuándo, cómo y por dónde quiso.

Los maños tardaron en interpretar un guión imprevisible ante un Barça que, esta vez sí, mordió cuando tuvo el balón. Obsesionada en anular la movilidad de Ronnie y Messi, la zaga zaragocista se olvidó del resto y llegó el 0-1 con una pared entre Márquez y Xavi que acabó con el egarense definiendo por el eje. El gol reforzó la moral de un Barça que siguió confiando en la explosividad de Messi para apuntillar. Un remate del argentino tras un jugadón dejó un balón muerto en el área que Iniesta voleó con rabia. En una noche puramente copera, el Zaragoza no tenía otra que meter dos goles.


A falta de una hora, quedaba la duda del aguante físico del Barça. Sergio García, con un disparo al larguero, y Óscar, que chutó a las nubes en boca de gol, tuvieron sus opciones. Víctor Fernández quiso recuperar el balón sacando a Celades y Aimar ante un Barça con el mando hasta que el duelo se descontroló con la roja a D'Alessandro por cabecear a Messi . Justo después, llegó el 1-2 del ex azulgrana Piqué al rematar sólo en el área una falta lateral. Y van...


Quedaban 18 minutos. Rijkaard sacrificó a Giuly por Zambrotta disponiendo un 4-4-2 con Messi y Ronnie en punta para resistir el acoso final que se tornó en un 4-3-3 al entrar Gudjohnsen por Deco. Y Ewerthon, que salió a por el milagro, lo acarició tras un resbalón de Puyol. Ahora toca repetir el sobreesfuerzo en Anfield.

Originalmente publicado por Roger Torelló

Lo que parecía que iba a ser una noche redonda se convirtió al final en una pesadilla. El Barça empezó el partido como líder y adelantándose en el marcador, pero acabó perdiendo con nueve jugadores sobre el campo y con el Sevilla superándole por un punto en lo alto de la clasificación. Ronaldinho, autor del gol azulgrana, desaprovechó un penalti que hubiera supuesto el 0-2 e indirectamente le dio alas al Sevilla, que con diez hombres, fue capaz de remontar.


La derrota de ayer, unida al enorme desgaste físico, poco ayuda de cara a afrontar el choque de pasado mañana en Liverpool. Lo único positivo, por buscar algo, es que el Barça mantiene el 'goal-average' favorable con respecto al Sevilla, algo que podría resultar decisivo en el desenlace de la Liga.

Rijkaard vuelve a sorprender

Por segunda vez consecutiva Rijkaard volvió a quedarse con todos. Sólo tres días después de sorprender con el sistema 3-4-3 en Zaragoza con un resultado existoso, el técnico apostó por repetir el experimento, aunque esta vez la apuesta no salió ganadora.

Con Deco y Thuram en Barcelona, Rijkaard retocó algunas piezas en la pizarra. Márquez fue el encargado de cierre, mientras que Gio y Zambrotta, ayer titulares, adelantaron sus posiciones para actuar de carrileros. La consigna era clara. Forzar a Jesús Navas y Adriano, los peligrosos interiores del Sevilla, a que tuvieran que estar pendientes de defender y no sólo de atacar, con lo que su amenaza para los intereses del Barça pasaba a ser menor.


Como les sucediera a los jugadores del Zaragoza, a los sevillistas se les vio perdidos durante los primeros minutos. De hecho, cuando todavía no habían logrado asentarse sobre el campo, Ronaldinho, en la primera vez que el Barça se acercaba a la portería, ponía el 0-1 en el marcador tras rematar de cabeza un gran centro de Zambrotta desde la derecha. Era el minuto 14.

Con el marcador en contra, y sin poder desplegar su fútbol habitual, al Sevilla le costaba Dios y ayuda acercarse a la portería de Valdés. Sólo Dani Alves, la perla brasileña sobre la que el Barça tiene una opción preferencial y el mejor del partido de ayer, se atrevió a subir con descaro. Una jugada suya con Kerzhakov rematándo en el minuto 27 a punto estuvo de convertirse en el empate.


Los mismos protagonistas, y cuando el Sevilla ya estaba con diez a raíz de la expulsión de Aitor Ocio, se encargaron de poner las tablas. Alves, libre de marca, se envalentonó hacia el ataque para ceder el balón al delantero ruso, que batió a Valdés. Fue el segundo mazazo para el Barça justo antes del descanso. El primero llegó cuando Ronaldinho erró una pena máxima que él mismo provocó sobre Aitor Ocio y que hubiera supuesto la puntilla al Sevilla.


Los mismos protagonistas del primer gol del Sevilla volvieron a aparecer en escena, aunque ésta vez cambiándose los papeles, para darle la vuelta al marcador con el Sevilla con sólo diez jugadores. Kerzhakov provocó una falta al borde del área y Alves la aprovechó para clavar el balón por la escuadra izquierda de Valdés. A partir de ahí, empezó el carrusel de tarjetas y expulsiones -González Vázquez se inventó la de Giuly-. Rijkaard colocó a Eto'o y Saviola, pero fue Kanouté quien perdonó tres ocasiones claras

Originalmente publicado por Lumbreras

Y no se si me equivoco, pero creo que en la autonómica de Cataluña (TV3) también lo televisan