GTAV presume de su control entre tres personajes

Si hay algo que me ha llamado la atención, y gustado, del trailer de GTAV es el empleo de tres personajes durante una misma secuencia de acción. Hemos visto otros muchos títulos donde hemos tenido que cuidar, a la vez, a tres protagonistas. El caso más reciente es el de The Cave, el enésimo intento de Ron Gilbert de traernos el espíritu Monkey Island. Ambos juegos comparten precisamente eso: solucionar algo mediante la colaboración de tres personajes, pero en lo que falló The Cave parece que GTAV acertará.

 

El problema crucial reside en lo que estos hacen cuando no los estamos controlando. La acción continúa en otra parte de la pantalla ¿pero por qué ellos se quedan quietos, por qué funcionan como marionetas sin vida? Mientras un puzzle se desarrolla en una esquina del escenario, descubres en The Cave que el que puede solucionarlo es el caballero y está en la otra punta. Entonces se te obliga a pasar a controlarlo y llevarlo hasta el lugar adecuado, fastidiando el ritmo de juego.

 

¿Era necesario poner a tres personajes? Obviando el factor añoranza que evoca a Maniac Mansion, un sistema de disfraces habría sido más efectivo; ya sabés, pulsa un botón y el personaje pasa de llevar un traje de paleto a uno de soldado. Si quieres hacer puzzles que se produzcan en dos sítios a la vez, haces que se desdoble y a otra cosa. Pero no fue así.

 

 

Ahora llega GTAV y nos plantean una situación “similar”: un puzzle a superar con forma de atraco y tres personajes con distintas habilidades. Al ser un juego inspirado en la realidad, no valen disfraces y las artimañas han de ser las menos posibles, y discretitas ¿cómo salir entonces adelante manteniendo un buen ritmo? La clave está en alternar lo que propone The Cave con el Mago de Oz, yendo de la mano todos juntos y empleando la narrativa cinemática que Rockstar usa tan bien. Esto  se resume en que en los instantes en los que todos han de colaborar, los tres emplean casi al unísono su habilidad. Al mismo tiempo, cuando uno ejerce su cometido los otros no están parados, siguen vivos, interactúan con la situación

 

Si hablamos de cuando no estamos en esos puzzles, sino en una situación cotidiana, en The Cave buscamos al personaje que necesitamos pero lo hacemos sin ilusión. No queremos escogerlo, sólo que el juego nos obliga a hacerlo para avanzar; ¿pero y si él estuviera haciendo algo divertido que descubres cuando vas a él? Rockstar parece querer introducir ese interés para rellenar los aburridos momentos de transición, dejando de ser así tan aburridos.

 

La jugada me parece sensacional y tengo muchas ganas de comprobarla personalmente. Es una auténtica evolución en una manera de controlar los personajes en la que nunca se exploró demasidoa. The Cave no es un mal juego, pero el desarrollador se centró demasiado en los chistes y descuidó estos aspectos. Son dos juegos muy distintos pero conseguir un buen ritmo es una asignatura que todo título ha de aprobar.

 

Y en cuanto a todo lo demás que trae GTAV, que sí, que hay una ciudad enorme, coches y mujeres complacientes de moral distraída, pero eso Rockstar ya lo ha hecho bien siempre, en esto que os cuento es donde la compañía se lo juega y, como todo lo que hace, sin duda lo hará bien.

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