1. Mundogamers
  2. Noticias

¿Qué ha sido de los ninjas en los videojuegos?

La influencia de los streamers
Por Brenda Giacconi

Ayer me dio por mirar mi estantería de juegos para ver con cuántos ninjas me topaba. Y no me refiero a híbridos imposibles tipo Raiden (el de Metal Gear), Subzero (Mortal Kombat) o Taki (SoulCalibur), sino al ninja genuino, al encapuchado que tantas alegrías nos diera en los ochenta a base de producciones ramplonas de serie B. Demonios, no había cosa que molara más; todos queríamos ser un ninja.

 

Oteando el horizonte, lo más parecido que logré atisbar llegaba en la forma de Kengo Zero, Tenchu Z o The Way of the Samurai 3, donde alguno que otro asomaba su palmito. Como ninjas al viejo estilo, podía encontrarme una buena parodia en el Mini Ninjas de IO-Interactive y, cómo no, al más genuino de los guerreros de esta estirpe: el Ryu Hayabusa de Ninja Gaiden. Por lo demás, y salvo que me haya dejado alguno en el tintero, pocos más lanzadores de shurikens hemos tenido en esta generación.

 

Ruy Hayabusa en su primera aparición, en los salones arcade.

 

Visto lo visto, me dio por recordar los viejos tiempos en pos de rememorar las míticas apariciones de estos asesinos japoneses en el mundo del videojuego. Así, tocaría mentar la magna presencia de títulos como The Way of the Tiger, de Gremlin Graphics; Ninja Mission, de Mastertronic; Dragon Ninja, de Data East; la trilogía The Last Ninja, de System 3 o las mismísimas Tortugas Ninja. Juegazos como estos elevaban el mito del guerrero definitivo a su máximo exponente, con un personaje que de por sí daba categoría a cualquier carátula en la que estuviera su esbelta y mortal silueta.

 

The Last Ninja 2. En su momento insuperable, y aún hoy día consigue sorprenderme. Atención a la música.

 

No obstante, y a sabiendas de lo atractivo de este icono, no fueron pocas las productoras que se subieron al carro del ninja... aunque la temática no le pegara para nada al juego. Así, el oscuro luchador se vería envuelto en una serie de tejemanejes a todas luces hilarantes, donde la premisa jugable o el entorno argumental huía de toda lógica en pos de introducir con calzador al protagonista. Así, uno de los ejemplos más dignos de reseñar lo tenemos en el ridículo Ninja Golf de BlueSky Software para Atari 7800, donde se mezclaba la simulación de tan relajado deporte con el género beat'em up. Y aún así no era del todo un mal juego.

 

Tiger Woods meets Bruce Lee

 

Con todo, el colmo de las desvergüenza llegaría con algunas productoras de software budget, de esas que solían llenar de ponzoña el catálogo de Spectrum, Amstrad y compañía. Imagínate que eres un programador que, basándote en las premisas del clásico arcade de Namco Metro-Cross, imitas el concepto metiendo de por medio a un chavalote montado en su patinete. Pues Rainbird, viendo que el asunto se podía exprimir con pocos escrúpulos, mete a un ninja cutrón en la portada y le pone al juego el nombre de Ninja Scooter Simulator... toma ya. Aunque peor quedó Alternative Software con su BMX Ninja, un lanzamiento a todas luces inclasificable.

 

¿Dónde puñetas está el ninja? ¿eh?

 

Zeppelin Games, los que en la actualidad bajo el nombre de Eutechnyx han sacado el paupérrimo Ride to Hell: Retribution, se sacaron de la manga en su momento un Bionic Ninja que, con su sabor a arcade de la vieja escuela, no estaba nada mal. De manera opuesta, Clockwize estuvo a punto de torturarnos con un concepto que sobre la pantalla era pura comedia y no estaba tan mal como en un principio pudiese parecer, pero... Ninja Grannies, señores. Ancianas ninja. Sobran las palabras.

 

Un one vs one con ancianas y gente de baja estofa. No hace falta añadir nada más.

 

Claro que, con el éxito de las Tortugas Ninja, poco tardaron en pasearse por nuestros viejos sistemas todo tipo de animales antropomórficos sabedores de las más oscuras artes marciales. En lo más alto tenemos el Samurai Warrior de Firebird, con el conejo Usagi Yojimbo de protagonista... todo un juegazo. De manera opuesta, engendros como Ninja Hamsters o Ninja Rabbits, muy capaces de hacer que las tiendas de videojuegos parecieran un zoológico de lo más rancio.

 

Animales repartiendo leña. No, no se antoja demasiado apetecible, aunque la música mola bastante.

 

Y más ninjas del terror que me dejo en el tintero. Porque los hay a patadas, y nunca mejor dicho... Sin embargo, parece que ahora los ninjas saben ser comedidos y se esconden mejor que nunca.


<< Anterior Siguiente >>