El Bushido en Ghost of Tsushima como elemento narrativo

Ghost of Tsushima pone el broche de oro a un catálogo de exclusivos que nos ha hecho pasar muy buenos ratos en PS4. Mientras Sony prepara el lanzamiento de PS5, toca repasar las claves de este último título de Sucker Punch para la generación actual de Playstation.

 

 

El Bushido en Ghost of Tsushima

Una de las cosas que más me ha gustado de Ghost of Tsushima es cómo retrata el Japón del siglo XIII desde un punto de vista histórico que, sin embargo, no renuncia a la mitología y las leyendas del país nipón. No vamos a encontrar yokais ni onis, pero sí que deja traslucir la magia del país del sol naciente a través de ese viento divino, los kitsune que nos llevan al templo Inari y la presencia física de un ki que todo lo invade y surge de la tierra al cielo y la naturaleza, y de los cadáveres de nuevo a las profundidades. El efecto de la niebla, la lluvia y la iluminación de un escenario fantástico se dan la mano con este realismo mágico en forma de partículas, notas musicales y filtros que recrean la imagen más romántica del Japón del periodo Kamakura.

 

En este punto encontramos la representación del bushido, ese código de honor de los nobles armados, los bushi, que dicta la vida de todo samurái desde su nacimiento a su muerte. La máxima del samurái, nada hay cierto en esta vida excepto la muerte, se deriva de las siete virtudes del bushido que se retratan de forma romántica y sin profundizar demasiado en ellas a lo largo de las aventuras de Jin Sakai en la isla de Tsushima. Breves flash back y animaciones nos dejan claro lo que se espera de un samurái en esta época, y así vemos el comportamiento de Jin encauzado desde su niñez y, por ende, nuestra forma de enfocar el juego y la aventura a la hora de desenfundar nuestro acero. 

 

 

El Bushido como ente narrativo

Es curioso que una parte tan importante del juego sea enfocada de forma ligera, suavizada, permitiendo a Jin llevar a cabo comportamientos que quebrantan gravemente este código de honor. Así oímos al pueblo quejarse de pasar hambre y penurias mientras arramblamos con todas las provisiones de la casa rompiendo de un plumazo las virtudes Jin -Compasión- y Gi -Rectitud-. O vemos al sensei Ishikawa criticar el poco honorable sigilo de Jin mientras él acribilla a enemigos por la espalda sin avisar, o sigue ahí, tranquilamente, sin hacerse el seppuku a pesar de haber entrenado no a uno, sino a dos traidores al pueblo.

 

Esto es así porque el bushido en Ghost of Tsushima sirve más como ente narrativo que como núcleo o mensaje final del juego. El código de honor de Jin sirve para dar al jugador un contexto y unas reglas que puede quebrantar o no, pero que no afectan al funcionamiento del juego en sus elementos más gameys como la recolección de recursos o el acaparamiento de comida en plena hambruna. El bushido se usa para marcar y reflejar el avance o la caída de Jin en su aventura, teniendo importancia en enfrentamientos, diálogos y, sobre todo, en la parte final, pero sin limitar el disfrute de una aventura que, al final, no deja de ser una película de Kurosawa llevada a consolas. 

 

¡Nos leemos!

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