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Filianore y Midir, madre e hijo que sueñan con una mejor Ciudad Anillada en Dark Souls III

Lágrimas oscuras por los dragones muertos
Por Adrián Suárez Mouriño

La Ciudad Anillada me ha parecido un DLC fascinante, tanto por el reto que ofrece como por lo que aporta al lore. Además de ofrecernos el remate de la historia de Gael, también nos presenta a dos fabulosos personajes: Midir y Filianore. El primero es un dragón que se describe como aquel criado por los dioses para ayudar a Gwyn en la guerra contra los dragones. Filianore, por su parte, se descubre como la primera hija del Dios Sol, una que duerme un sueño de la que es mejor no despertarla.

 

La Ciudad Anillada se articula en torno a la relación de estos dos personajes, una de la que saco la siguiente conclusión: Midir es hijo adoptivo de Filianore y el huevo eclosionado que abraza es el del dragón ya nacido. Se dice que los guerreros de La Ciudad Anillada participaron en secreto en la primera batalla que vivió Lordran. Para conseguirlos, Gwyn viajó hasta esta tierra en el pasado y los reclutó pues sabía que los Reyes Pigmeos poseían la Dark Soul.

 

Pero claro, no podía dejar a la ciudad desarmada y sin defensas. Ese pudo ser el motivo por el que les confió a su hija y al huevo de dragón. La pregunta ahora es ¿por qué sueña Filianore, por qué no se la puede despertar y qué sueña? La respuesta la encontramos en su primer hijo varón, en el rey sin nombre. Este personaje se enfadó con Gwyn por lo que este le hizo a los dragones, asesinando a unos venerables seres que no tenían culpa de nada solo por pura avaricia, por poseer un poder mayor que el del propio Gwyn.

 

 

Mi teoría es que el amor del primer hijo parte del amor de la primera hija, de Filianore, pues esta encontró un huevo de dragón cuando estos aún vivían, criándolo como si fuera su madre y aprendiendo así a amarlos. Esta relación sería el catalizador del odio del rey sin nombre contra su padre, pues a través de Filianore descubriría que, en realidad, estos seres son buenos.

 

Sin embargo, Gwyn los masacró a todos aliándose con las brujas de Izalith, Nito y con tantos otros. Al enterarse Filianore de la matanza de los dragones prefirió sumirse en un profundo sueño, recordando el pasado en el que aún vivían y alterando con él la realidad misma. Los miembros de las Lanzas de la Iglesia se habrían quedado en la Ciudad Anillada para proteger el sueño de Filianore por orden de Gwyn, uno en el que los dragones nunca fueron asesinados y su padre seguiría siendo bueno para su hija. No olvidemos que Gwyn ama a su descendencia.

 

Por último, Midir se volvería oscuro por la pena de ver a la que entiende como su madre en este letargo eterno, motivo por el que Shira te pide que lo mates, porque sufre mucho en este estado. Cuando despertamos a Filianore se descubre la verdad: en realidad, La Ciudad Anillada cayó en la batalla contra los dragones, fue reducida a cenizas y los reyes pigmeos malvivieron, y todo para esperar a que Gael llegase y drenase toda su sangre para su propio provecho.


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