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En Sekiro no todo es la habilidad en el combate, hablemos de los objetos

De bálsamos y dulces
Por Julián Plaza

Como habréis podido corroborar estos días, en la redacción andamos locos con Sekiro, bien que lo vale. Lo nuevo de Hidetaka Miyazaki al timón de From Software es una entrega mucho más basada en el aprendizaje del jugador, en que este consiga una habilidad suficiente como para valerse solo de la misma para vencer. Sin estadísticas, niveles ni power ups permanentes. Ahora bien, eso no quiere decir que todo consista en blandir la espada.

 

Aunque en Dark Souls los objetos tienen una presencia mucho más evidente, en especial los equipables (anillos, amuletos, etc.), la nueva entrega centrada en el Japón feudal no se olvida de ellos. Sí, en última instancia podéis llegar a prescindir de todos, pero el juego también premia leer sus descripciones, observar al enemigo y aprovechar sus puntos flacos. Si tenéis problemas, los objetos son un buen desatascador.

 

seki

 

Y lo digo porque, por lo general, se está alabando únicamente la parte más central y fundamental del combate en Sekiro: la relacionada con las esquivas y la postura. Pero, en realidad, donde más brilla el juego es en el equilibrio de su conjunto, en poder apoyarse en una considerable variedad de ítems que complementan y refuerzan tu estrategia sin cambiarla más de la cuenta. A decir verdad, estoy prestando mucha más atención a esta sección de lo que jamás la contemplé en los Dark Souls o en Bloodborne. En Sekiro la utilidad de los objetos está mucho mejor integrada.

 

Los dulces (Ako, Ungo, Gokan, etc.) son pequeños power-up que pueden ayudar en momentos clave, reforzando tu ataque, tu defensa o la resistencia de tu postura. Tampoco aconsejo desaprovechar las ventajas de los objetos que alivian u ofrecen resistencia a los problemas de estado, como el bálsamo hidratante o el hígado de anguila, ni comprar todos los monederos pesados que encontréis. Viendo lo que cuestan, si echáis cuentas del dinero que perdéis al morir, salen muchísimo a cuenta.

 

seki


Como shinobis, es loable que intentéis valeros de vuestra destreza con el filo, pero no descuidéis el buen uso que pueden ofrecer objetos como el agente pacificador o la semilla despertadora, ni las ventajas en el farmeo que podréis extraer de las esferas Mibu. Sekiro se basta y se sobra con su pilar central, eso ha quedado claro, pero os recomiendo saborearlo en toda su magnitud. En joyas así, ninguna parte merece ser dejada de lado.


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