Dirt 5 recupera toda la diversión de la saga y luce estupendamente en Xbox Series X
Dirt 5, el décimocuarto episodio de la saga de Collin McRae Rally, llega a las tiendas coincidiendo con la llegada de la nueva generación. Con la promesa de lucir mejor que nunca a 120 FPS 'where available' y unos más que sólidos 4K, las carreras por barro, nieve y hielo se convierten en una competición más loca y visceral que nunca. Prepárate para enfrentarte circuitos enrevesados, saltos imposibles y toda la locura de la saga mientras haces saltar la pintura de tus contrincantes en tu pugna por alcanzar la meta.
El arcade en tiempos modernos
Dirt 5 incluye un gran puñado de modos de juegos, trazados y competiciones en el más purto estilo arcade actualizado a los tiempos modernos. Lejos de la libertad de deambular por escenarios enormes que ofrecen otros títulos de conducción, el nuevo título de Codemasters mantiene un sistema de menús tradicional en el que elegimos el modo, la competición y el trazado antes de salir a la carretera a darlo todo contra nuestros contrincantes.
Siguiendo la estela de Dirt 4, el funcionamiento es bastante similar en lo que respecta a nuestra mejora como pilotos y la posibilidad de desbloquear contenidos, ganar dinero con el que acceder a mejores vehículos y tunear nuestro coches, eso sí, sólo en su aspecto con capas de pintura y vinilos. Estos diseños los iremos consiguiendo, ya sea desbloqueando o comprándolos con dinero ganado en el juego, según avanzamos en la competición y logramos superar retos secundarios y objetivos como alcvanzar cierta velocidad, mantenernos en primer puesto un determinado tiempo, adelantar derrapando o rascar la pintura del coche de un competidor en medio de un salto.
Es aquí donde reside el punto de fuerte de Dirt 5. No en conseguir diseños y superar retos secundarios, sino en su forma de competición 100% arcade, gamberra y loca. Una forma de juego que lejos de penalizar por colisiones o invitar a los usuarios a denunciar el mal comportamiento apoyan la conducción agresiva, los accidentes y las maniobras sucias en la que todo vale para aplastar a tus adversarios, en ocasiones de forma literal contra una roca o aprovechando un desfiladero. Una caída a destiempo o volcar en el tramo final puede costarte la carrera, pero afortunadamente en Dirt 5 no es tan importante la victoria como pasarlo bien, disfrutar del trazado y echar un rato memorable al volante.
Dirt 5 en la nueva generación
Dirt 5 ha sido uno de los primeros juegos que he disfrutado en Xbox Series X actualizado a la nueva generación, y el resultado es memorable. No os puedo hablar de los 120 FPS porque mi televisor no va más allá del 4K a 60 FPS, pero las dos conmfiguraciones gráficas: renidmiento y aspecto, funcionan de sobra en la nueva consola de Microsoft con un rendimiento más que estable y un aspecto en pantalla que puede sostener la mirada a Forza con dignidad aunque no estén a la misma altura, lo que se traduce en unos gráficos que merecen la pena.
A esto se une todas las mejoras de la nueva generación en las que destacan sobre todo los tiempos de carga. Dirt 5 carga rápido y aprovecha al máximo las opciones gráficas de las nuevas consolas, aunque es posible que queráis bajarle un poco el brillo, ya que los ajustes predeterminados lo tienen un poco alto. Con unos minutos dedicados a calibrar su aspecto y muchas ganas de surcar el barro, Dirt 5 sigue siendo un título muy a tener en cuenta. Probad la vista de cabina y ya me decís, la sensación oclisiva de verlo todo desde detrás del volasnte mientras resbalamos por el barro o saltamos sobre la nieve es simplemente maravillosa.
¡Nos leemos!
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