Avance Kane & Lynch 2: Dog Days PS1
Puedes consultar el avance de abril de Kane & Lynch 2: Dog Days aquí.
La gran diferencia entre Kane & Lynch y el resto de impersonales títulos de acción, son, precisamente, sus dos protagonistas.
Ambos son rudos, incómodos, soeces y unos anti-héroes reales, con los que no consigues empatizar, de ningún modo, primero ni por su aspecto (no tienen grandes armaduras, ni un aspecto jovial con el que nos queramos representar, están gordos, calvos, sucios) y segundo y más importante, por sus acciones: no son un Niko Bellic o John Marston que actúan con una causa, no buscaban destapar una verdad como los personajes de Heavy Rain, comienzas matando a lo que parece ser una prostituta en Shanghai y te escapas a la fuga descargando tu plomo en las inocentes cabezas de policías locales. Si Kane & Lynch fuese un local, sería un after regentado por el hampa en Estambul.
Dog Days es el juego visualmente más fascinante y con garra de lo que llevamos de año. Tras un motor precario (prácticamente, sin el envoltorio no dista de cualquier videojuego de hace 4 o 5 años) la mezcla de filtros, imágenes pixeladas, sangre coagulada y polvo por la ciudad consiguen ese efecto de película gore que causa uncanny valley por su realismo y fidelidad con las imágenes a las que las cámaras de seguridad o grabaciones televisivas sobre altercados en la vía pública nos tienen acostumbrados en los telediarios modernos. Si Kane & Lynch fuese una película, sería una cinta snuff.
Esta inteligente marca, con un gusto particular por enmarcar las secuencias de vídeo (impregnadas por el sello cinematográfico de Michael Mann, referencia evidente tras sus últimos trabajos como Miami Vice o Collateral, como también lo fue Heat en la representación de escenarios y situaciones del primer Kane & Lynch). Si Kane & Lynch fuese un disco, sería el peor y más zumbón de Suicide.
Pero ese mar de detalles y perfecta recreación de la sordidez en Shanghai y de las escenas de violencia extrema, torturas y carnicerías gratuitas, se respaldan en un arquetipo jugable de avanza y dispara que, si bien ha funcionado durante toda la generación (fuera de los evidentes Gears of War o Uncharted, más bien comparable a la dinámica de Army of Two, 50 Cent Blood on the Sand o el inminente Spec Ops) donde el envoltorio parece la excusa y el contenido jugable un simple canal. Si Kane & Lynch fuese una sensación, sería un escalofrío.
Es cierto que, en términos de producción y gusto, K&L2 es muy superior y tiene más personalidad que cualquiera de los mencionados, pero aunque se hayan solucionado grandes problemas como el apuntado o el ritmo de juego, existe aún una falta de ambición para crear situaciones frescas y un desarrollo menos pusilánime y directo. Si Kane & Lynch fuese una comida, serían callos rebozados.
Su multijugador tan vibrante como el del original (aunque esta vez, más equilibrado) devuelve el espíritu de ladrones y policías más presente en el primer K&L que en la secuela, aunque aún tiene que demostrar que su falta de solidez y presencia jugable encandile a una comunidad que se haga fiel más allá de las reuniones eventuales de conocidos.
Puede que no aspire a ser el gran lanzamiento del año, pero sí un desmarque, una alternativa en el género, al cual millones de jugadores están acostumbrados y buscan un giro de tuerca más, una experiencia sensiblemente más extrema, un pequeño acto de masoquismo visual en el que contaminar nuestra mente, ya perturbada, con navajazos en la yugular e imágenes rayadas por cintas defectuosas. Un juego al que si juegas sudando y con la camisa llena de grasa, puedes alegar cierta intención de inmersión en tu desfachatez de andar por casa.
Si Kane & Lynch fuese una reacción, sería un alarido.
Ficha técnica
Salida: 27-08-10
Edad (PEGI): +18
<< Anterior Siguiente >>