Cuando la maquinaria de
Tom Clancy?s, ávida de nuevos canales para reproducir sus ensayos sobre la guerra y la industria tecnológica que hay detrás se aventuró a dar el salto a los cielos y ponernos en un caza de tecnología imposible,
imaginábamos que la fórmula Ace Combat sería un soporte, no una ?revisión? completa. El primer
Hawx funcionó mediante una estrategia temporal: la ausencia de títulos de calidad en el género y la mínima evolución más allá del lavado gráfico de la nueva generación allanó el camino para una nueva franquicia pero la falta de verdaderos valores en su producción consiguió aburrir más que sorprender.
HAWX 2 sufre la dicotomía habitual de la secuela genérica, ¿Aporta algo realmente interesante para los jugadores que asumieron las perezas del original? ¿Despunta en algo más que el manido ?más y mejor?? (aunque en este caso, sea muy poquito más y muy poquito mejor). La respuesta, es un categórico no, precisamente cuando su
claim es ?los combates aéreos han evolucionado?. Las deben justificarse, no nos sirve la pobre excusa de que el jugador sólo quiere ?más y mejor?.
Los pequeños rastros de identidad del primer HAWX, como la cámara esquiva-proyectiles o la notable dificultad han desaparecido en esta secuela más accesible pero que no tiene ningún tipo de identidad. La comparación con Ace Combat, especialmente con sus buenas entregas, no resulta forzosa por sus formas pero sí en sus fondos: donde el original brilla y nos cautivó por su excelente diseño de niveles, la franquicia de Tom Clancy fracasa por un desarrollo aburrido y genérico.
Aquí entra el fantasma de la variedad: su débil estructura de juego, con el sistema habitual de metralla en las cortas distancias y ?guerra de puntos? en la lejanía en el lanzamiento de misiles indiscriminado busca un respiro en misiones de protección, ataque a puntos estratégicos desde un satélite, con visión nocturna como el popular y polémico nivel de
Modern Warfare o aterrizar y despegar, que debido a su simpleza, no ofrece la sensación de pilotar un verdadero monumento tecnológico. La intención era buena pero la falta de estímulos jugables hacen que la trampa se detecte rápido: la variedad en HAWX 2 es una ilusión impostada.
Es cierto que
el modo cooperativo consigue activar nuestro interés (especialmente cuando el multijugador fue uno de los grandes puntos fuertes del original) aunque no se ha profundizado en la vertiente competitiva, abocada al abandono de la comunidad antes de que nos podamos aclimatar.
Si se hubiese combinado estos momentos de acción visual con un
dogfight más real y menos ceñido a un guión jugable demasiado agarrotado, hubiésemos pasado por alto el guión tópico e insustancial o la evolución mínima.
No se trata de un siniestro total: si no un mero aterrizaje rutinario. NOTA FINAL: 6
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