Sony y su prematuro soporte de la tecnología 3D
¿Se acuerdan de toda esa milonga en los medios a principios de los 90 que nos intentaba vender la realidad virtual como el futuro del ocio electrónico? Al final el asunto no llegó a cuajar, sobre todo por lo aparatoso del sistema de visionado con aquellas gafas que había que llevar con carretilla. Y no hablemos de aquel experimento de Nintendo con su Virtual Boy, que ha quedado para los anales de la historia como el fallo estrepitoso de la compañía en su catálogo de hardware. Como esto de los avances tecnológicos es un ciclo, ahora nos topamos con una situación similar, la de la tecnología 3D en el hogar.
Si recuerdan, este año Sony no ha dicho ni pío en el E3 acerca de la compatibilidad de sus juegos con los televisores que soportan el visionado estereoscópico con gafas. Si echan un vistazo al catálogo de juegos que implementan esta tecnología vemos que en los últimos tiempos han aparecido medio centenar, y lo más curioso del asunto es que este año prácticamente no ha aparecido ningún título más que lo soporte. ¿Razones? Las que usted quiera y más.
El 3D estereoscópico es una tecnología transitoria. Hace unos meses ya se empezó a comercializar el primer televisor 3D que no requiere de gafas para su visionado. Más cerca todavía, Nintendo 3DS ya proporciona una tecnología que aunque peregrina en su concepción, proporciona un visionado similar en una pantalla de coste asequible. Es cuestión de tiempo que esta nueva generación se estandarice y llegue al usuario medio a un coste permisible. Sony jugó sus cartas demasiado pronto, más interesada en vender su propia línea de televisores que otra cosa.
Vivimos en un mundo donde los avances tecnológicos se venden como la panacea en un intento de volver a saquear los bolsillos del consumidor haciéndole creer que sus posesiones resultan obsoletas. Es como cuando hablan de las pantallas táctiles o los sistemas de control sin mandos de por medio. Al final, el propio usuario es el que dictamina la validez del cambio generacional. Por eso Kinect no acaba de encontrar su sitio en el mercado, o el blu-ray no llegó a instaurarse como estándar de almacenamiento. Que una cosa es promover una mejora en las prestaciones de nuestros electrodomésticos e imaginería audiovisual y otra que nos la quieran meter doblada.
Todavía no está muy claro cual va a ser el camino de la nueva generación de consolas, que parece estar más preocupada en su modelo de negocio que en la implementación de una tecnología puntera, pero cuando las resoluciones planas de pantalla alcancen la máxima definición que el ojo humano es capaz de percibir habrá que escarbar de otro lado. De todas formas, ya saben ustedes que en última instancia, el apartado visual de un juego no es más que una fachada sin chicha alguna que no define el grado de excelencia de un producto. Por eso me sigue preocupando que los demás estén preocupados con esto. Cuanto daño hizo Avatar.
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