Ya sea por malentendidos en directos, afirmaciones instructivas, “piques” o mudanzas a Andorra, es evidente que los streamers/youtubers se han convertido en un engranaje importante dentro de todo este motor que representa el consumo de contenidos digitales. Como bien comentaba Rafa hace unas semanas, dichos agentes han consolidado su papel en la sociedad tal como lo hicieron las celebridades y futbolistas hace unos años, moviendo a las masas con los productos que utilizan (en este caso, videojuegos, programas y periféricos relacionados con lo ‘gaming’, entre otras cosas) y con su propia actitud durante los directos.
Su influencia dentro del sector del entretenimiento digital ha llevado a la popularización de títulos que parecían predestinados al olvido. La unión de streamers y youtubers jugando a los mismos servidores de una entrega en particular ha llamado la atención del público consumidor provocando una reacción generalizada hacia la compra y uso de estos mismos juegos. Sin embargo, con la misma rapidez con la que surge una moda, también desaparece. Y la sorpresa inicial de los desarrolladores ante una subida masiva de jugadores simultáneos termina antes de que se puedan integrar nuevos elementos que animen las partidas. Por lo tanto, y tras este rápido movimiento de usuarios, solo queda una pregunta: ¿qué ha pasado con los juegos que ya no están de moda? Para hacernos una idea de la conclusión a esta duda, he tomado como referencia los gráficos proporcionados por la web Steam Database, por lo que no se tiene en cuenta el uso de estos títulos en otras plataformas.
A pesar de que sospechábamos de la importancia ya mencionada de los creadores de contenido digital para mover a las masas, esto se hizo patente con el lanzamiento de Fall Guys: Ultimate Knockout. Un juego estrenado en agosto de 2020 y que obtuvo una respuesta positiva inmediata durante ese verano. El mismo mes de su lanzamiento registró las mejores cifras tanto en espectadores de Twitch como en jugadores simultáneos, pero su popularidad fue decreciendo con el tiempo, ya sea por la ausencia de actualizaciones y nuevos retos, o por la aparición de nuevas tendencias substitutivas. A pesar de esta caída de atención, Mediatonic todavía sigue creando nuevo contenido para el juego, pues hace unas semanas empezó la temporada 3.
Se dice que parte de la culpa del destrone de Fall Guys fue a causa de la aparición de Among Us, el segundo título relevante del verano de 2020, a pesar de que contaba con la particularidad de haberse estrenado en 2018. Partidas rápidas y llenas de risas y mentiras disfrutables tanto entre amigos como con desconocidos en la red. Su éxito fue ligeramente más largo que el del juego anterior, con un pico de usuarios conectados en octubre y el mayor número de espectadores en Twitch en noviembre, pero la falta de nuevo contenido y la repetición de la dinámica ha hecho que se pierda atención por el título. Debido a su enorme e inesperada popularidad, los desarrolladores afirman haberse sentido sobrepasados y, aunque en el último post de su blog resumen las próximas actualizaciones, también explican por qué están tardando tanto:
El éxito actual se lo lleva RUST a raíz del famoso server exclusivo para streamers y youtubers llamado Egoland, que, tristemente, ya ha funcionado como altavoz de comentarios machistas que indican que la industria del entretenimiento no ha cambiado. El número de usuarios simultáneos dentro de este juego se ha mantenido en equilibrio desde su lanzamiento en 2013, pero ha acumulado cifras impresionantes entre diciembre de 2020 y este mismo enero. El mayor cambio se observa en el número de espectadores en Twitch, cosa que, aunque se ha traducido mínimamente en un aumento de jugadores, todavía está por ver cómo se desarrolla esta nueva moda. Por el momento, y aunque Egoland inicialmente parecía una buena idea, ya han saltado algunas polémicas entre grupos y streamers que ponen en entredicho la actitud de los mismos en un campo digital y amistoso. Evidentemente, algunos de estos jugadores se comportan como es debido dentro del terreno virtual, pero ésta todavía es una clase pendiente para los pocos energúmenos que manchan la experiencia.
Hago especial mención a GTA V no por su popularidad inesperada, sino por cómo se ha mantenido a lo largo del tiempo, una hazaña que, en parte, ha sucedido gracias a los streamers y youtubers. La evolución desde su lanzamiento en 2015 (en Steam) ha roto esos esquemas de que la atención del público es inversamente proporcional al paso de los días, pues aunque no se ha alcanzado las cifras de jugadores simultáneos que conseguía en sus primeras jornadas, el número de espectadores en Twitch ha aumentado una barbaridad a mediados de 2020. Esto se suma a un aumento progresivo de usuarios conectados a lo largo de sus cinco años de vida en PC.
Es evidente que, aunque un título se considere viejo o esté fuera de las recomendaciones de los algoritmos, pueden revivir gracias a unos cuantos streamers que decidan pasárselo bien con algo nuevo. Quizás su éxito sea efímero, pero está claro que los desarrolladores aprovechan ese empujón para mejorar el mismo juego o para centrarse en la creación de otros, siendo su corto periodo de relevancia todo un golpe de suerte. Y si esta es la nueva manera de descubrir joyas entretenidas entre las montañas de videojuegos digitales, bienvenida sea.