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Probando el Steam Controller

Imperfecto e interesante
Por Bruno Louviers

He podido probar un rato un Steam Controller prestado, tengo una opinión al respeto y estoy dispuesto a expresarla aquí mismo. En resumen, me parece una maravilla de mando, quizá demasiado grande si tienes las manos algo pequeñas, con una distribución acertada aunque incómoda si no el juego no está adaptado y que puede darnos más de una alegría de cara a futuras innovaciones en consolas en el terreno de los mandos, que ya va siendo hora de hacer cosas más originales en los esquemas de toda la vida.

 

El Steam Controller es raro, eso está claro. Su manejo en los trackpads superiores es como el de un trackpad de un ordenador. Debo decir que estoy muy malacostumbrado a los fabulosos trackpads de cristal de Apple y que cualquier cosa por debajo me parece inferior, y el Steam Controller, que tiene unas superficies de plástico que no me parecen de demasiada calidad, no iban a ser menos. Aún así, pasar los pulgares por esas superficies para controlar la cámara no me resultó tan extraño como pensaba.

 

 

El problema eran los juegos. Al probarlo con Ziggurat, un FPS arcade con alma de roguelite (y que es español, por cierto), el control era muy mejorable. Esto se debe quizá a que el Steam Controller se hace pasar por un ratón y un mando a la vez y no todos los juegos se aclaran bien con lo que pasa. El juego era jugable, pero ya está: moría muy rápido y no tenía casi precisión, incluso si el mando respondía más o menos bien. Con mi querido Nuclear Throne, sin embargo, no tuve problemas con el control y todo iba como la seda. ¿Qué es lo que falla? No lo sé.

 

El Steam Controller necesita que los desarrolladores se adapten un poco a él, y eso va a ser un problema. Hay juegos que funcionan bien y realmente sí me veo jugando a un FPS con él, pues al fin y al cabo lo hago con otros mandos, pero cuesta acostumbrarse. El feedback que dan los trackpads no es del todo suficiente, o no lo ha sido en los juegos que he probado: aunque hay una vibración detrás, no es como la que sientes con la pantalla de un móvil, y desde luego no es tan agradable como girar un stick analógico y saber cómo te estás moviendo exactamente solo por ese hecho.

 

El tacto es mejorable, pero el mando es cómodo

 

Valve está intentando crear nuevas metáforas en nuestro cerebro en relación con lo que es un mando, y eso es complicado. Cuesta pulsar, por ejemplo, los botones traseros nuevos, que vienen muy bien para saltar o recargar sin tener que usar los típicos botones XYBA (que están ordenados de forma distinta a Xbox y Nintendo, muy cómico esto), pero es cuestión de acostumbrarse. Y lo dicho, me parece un mando bien hecho, cómodo, como el de Xbox One en lo que a los gatillos se refiere, y eso es muy, muy bueno.

 

Así que si pensábais pillarlo, no sé si recomendarlo sólo a los que tienen interés natural por los cachivaches nuevos, como es mi caso; o directamente recomendar precaución y seguir con el mando de 360 hasta la próxima versión, que seguro que la habrá en un año o así. Para entonces, seguro que muchos juegos se han adaptado o Valve ha lanzado unos drivers que adapten mejor los controles de ratón al Steam Controller. Yo creo que sí voy a comprarlo, cuando lo vendan en España Game o Fnac o quien sea, solo por curiosidad, pero claro, yo soy asín de tonto.


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