Nintendo convence con el primer set de la Expansión de Breath of the Wild
Puede que con la llegada de Mario Kart 8: Deluxe no lo tengamos tan presente, pero el paso de Nintendo a la política de los DLC ya es una realidad. Lo harán a su manera, les saldrá mejor y peor -lo buena que fue la expansión del ‘kartocho’ mancha lo mal que lo han hecho con Fire Emblem: Shadows of Valentia, donde el contenido adicional es más caro que el juego-, pero uno tras otro van cayendo los grandes nombres y solo parece cuestión de tiempo que ocurra lo mismo son Super Mario Odyssey, Metroid Prime 4 y lo que tenga que llegar a Switch. No es algo malo.
Siempre y cuando se mantenga la calidad e independencia del producto base, todo lo que venga de más dependerá de los gustos y preferencias de cada bolsillo; eso sí, a Ninty se le debe exigir siempre lo mejor. Con The Legend of Zelda: Breath of the Wild se nos presentó un Pase de Expansión dividido en dos sets que añaden el santuario de la espada y el Modo Experto como grandes alicientes en el primer caso, y una nueva mazmorra acompañada de otra historia en el segundo, que llega a finales de año. Ya hemos podido comprobar si el contenido que estrena el paquete mantiene el sabor a aperitivo que nos llegó al conocerlo. Por suerte, no es así.
Al instalar el primer set del contenido adicional se desbloquearán unas misiones extra que establecen dos nuevos objetivos: dar con unos cofres del tesoro que custodian objetos muy útiles y completar el santuario de la espada. En el primer caso, nos tocará leer nuevos tomos de los Cotilleos jugosos de Mirene, unos diarios que esconden las pistas para encontrar cada cofre. Eso marca distancias con lo que sería en una expansión al uso: en lugar de recibir nuevos skins nos toca rastrear su localización y completar acertijos, manteniendo la esencia de Zelda.
Al encontrarlos se nos da acceso al teletransportador, un nuevo sistema de viaje rápido que nos devuelve al lugar donde lo plantemos, a ítems que homenajean otras entregas como el disfraz de Tingle y, especialmente, a la máscara Kolog; un indispensable si todavía pretendéis conseguir las 900 semillas sin recurrir a una guía. Hay añadidos menores como la senda del héroe, una nueva función del mapa que monitoriza tu recorrido en las últimas 200 horas de juego, pero lo más gordo, aquello que nos hemos guardado para comentar en profundidad es el santuario de la espada. Aquí nos ponemos serios.
Cuarenta y cinco salas, tres tramos y tres puntos de control son lo que nos separa de la verdadera Espada Maestra, el arma que finalmente ha desbloqueado todo su potencial al ser blandida por un héroe digno de ella. En cada una de las tres zonas (inicial, intermedia y final) nos toca empezar de cero e ir acumulando equipo, ingredientes y recetas para poder llegar hasta el final. Lo mejor es que desde los primeros compases del reto ya toca activar los cinco sentidos porque cada error se paga muy caro; es fácil recibir golpes que quiten una manita de corazones que cuesta de recuperar, quedar arrinconado en inferioridad numérica o sufrir las inclemencias de un clima adverso. Son 45 salas en las que usar la cabeza, ser previsor, exprimir todo lo aprendido en Hyrule y, también, tener un poco de suerte.
Como se suponía, los grandes pilares del primer set del Pase de Expansión son este reto y el Modo Experto, un desafío que sube un par de escalones la dificultad del juego añadiendo una clase más en el rango de enemigos que sustituye a los plateados; por contrapartida, lo más débiles pasan a ser los azules al ser eliminados los rojos. Además, todos recuperan salud y hay nuevas criaturas en plataformas flotantes. ¿Deberíamos encontrar esto en el juego base? Siendo sincero, es el ‘no’ más difícil de defender de todo lo que ha llegado a finales de junio.
Resumiendo, la primera mitad del paquete completo cumple su cometido y hasta consigue despejar su complejo de aperitivo previo. Es obvio que el grueso del Pase de Expansión llegará a finales de año, pero tras catar todo lo que tenemos hasta el momento se justifica la división en dos partes que Nintendo ha llevado a cabo. Los nuevos objetos animan a repeinar Hyrule, el Modo Experto justifica una segunda partida futura y el santuario de la espada, lo mejor del paquete, profundiza en la vertiente survival del Zelda más diferente de los últimos tiempos. Todavía es pronto para decir que el DLC es indispensable para quienes tengan el juego, pero vamos por el buen camino.
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