El dogma según Phil Fish

Phil Fish vuelve a estar en la picota. El pasado jueves conocimos la existencia de Fez 2, en la conferencia paralela al E3 que montaron algunos estudios indies, y el desarrollador ya ha lanzado algún que otro dardo contra la forma de comprender el videojuego actual por parte de la gran mayoría de estudios.

Siempre polémico, pero también siempre con cosas interesantes que decir, Phil Fish es uno de esos tipos que no caen demasiado bien en la industria pero cuyas declaraciones no pasan desapercibidas. Ayer, sin ir más lejos, lanzó un reto a la comunidad de programadores. Se refirió a las normas que Lars von Trier, junto a Thomas Vinterberg, quiso instaurar hace ya unos cuantos años, el famoso dogma, para rodar un determinado tipo de cine y propuso su propio dogma para la creación de videojuegos.

Lejos de reglas enrevesadas en busca de la pureza del medio, Fish sólo lanzó una premisa: «Está prohibido matar en tus videojuegos». Fácil, sencillo y directo. Pero... ¿cuántos juegos de esta generación lo cumplen? Fish fue específico: «Cuenta como matar la mecánica de noquear al adversario o dejarlo fuera de combate». Si nos ponemos a pensarlo, nos salen pocas propuestas fuera de géneros preestablecidos en los que la muerte no sea una mecánica.

Por supuesto, cierto tipo de estrategia, los juegos deportivos, los simuladores, los juegos a lo Sims o Animal Crossing, un género en sí mismos, escapan a esta definición. ¿Pero qué hay de otras propuestas? Si nos vamos al bando de la aventura, tenemos a Heavy Rain por un lado y las consideraciones más puristas del género.

Uno podría pensar que lo cierto es que los indies tienen la respuesta, pero no nos engañemos. Los superventas del medio en la actualidad (State of Decay, sin ir más lejos), basan sus mecánicas en la muerte aunque es cierto que algunos plataformas, como es el caso de VVVVVV, sí que han sabido huir de esa idea preconcebida. Pero si pensamos en Braid, o en Limbo, nos encontramos con situaciones similares. Incluso el aclamado Below girará en torno a la mecánica de la vida y la muerte. Hay que irse no sólo a lo indie, sino casi hasta lo experimental, para encontrar más casos, ya sea Curiosity o Super Hexagon. The Witness, para PS4, promete ser una de esas rarezas así como el anunciado Octodad.

Pasado el E3, nos queda la sensación de que el shooter va a seguir siendo el género dominante. Shooters hibridos, shooters tradicionales, pero shooters. Y no es un hecho ni bueno ni malo de por sí, pero representa una vez más las pocas posibilidades que ha explorado el videojuego hasta la fecha.