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Dying Light se apunta al Battle Royale con Dying Light: Bad Blood

Menos jugadores, más tensión y muchos más zombis
Por Adrián Suárez Mouriño

Que Dying Light es un juegazo, divertido de la manera más primaria que permite un videojuego, mezcla perfecta de muchos conceptos jugables que funcionan muy bien, y uno de los mejores de zombies, es una realidad. Techland, además, ha sido generosa con los que compraron el juego, añadiendo contenido y más contenido hasta hace poco tiempo, tanto gratuito como de pago.

 

El siete de diciembre del año pasado, Techland anunció que iba a incluir un PVP para seguir expandiendo la experiencia. A día de hoy ya sabemos en qué consistirá y cómo se llamará este modo. Os presentamos Dying Light: Bad Blood, ¿y qué será? Sí, amigos, otro Battle Royale, pero distinto.


Es lógico que las desarrolladoras se esfuercen en sacar sus propios Battle Royale, generan mucho dinero, existe una base de público que los busca y, qué demonios, son divertidos. Por fortuna, no todos se basan en copiar a PUBG, algunos avanzan sobre su fórmula, lo que aplaudimos. Fortnite le añade construcción al paradigma y ¿qué aporta Dying Light: Bad Blood? Pues zombis, bosses que machacar, menos jugadores para elevar la tensión y solo una moto de una plaza para escapar de la zona y ganar.

 

 

Como en todos los Battle Royale, primero hay que lootear, aquí buscaremos cadáveres de zombis que derribaremos previamente. Entre sus tripas encontraremos armas y equipamiento. Con todo ello, tendremos que partirle la cara a jefes de un nivel mayor, a zombis enormes que nos pondrán las cosas difíciles, seguir looteando y, en un momento concreto de la aventura, aparecerá una moto en la que podemos y debemos huir.

 

Para poder ganarnos el favor de usarla, no solo tendremos que conseguir pistolas y munición, también ADN de los no muertos, y es que por algo el modo se llama 'Bad Blood'. La sangre es el tema central de este modo: recoger muestras sanguíneas que nos servirán para analizar el por qué de esta situación apocalíptica.

 

Lo que aporta Techland al modo Battle Royale de siempre es suavizar algo que a mí siempre se me ha hecho muy cuesta arriba: la preparación previa al combate contra otros jugadores. Explotando su bien construida jugabilidad, su parkour, su cuerpo a cuerpo y su PVE en general, todos estos instantes previos al PVP ganan en interés, fuerza e intensidad.

 

Sí que es cierto que así se pierde mucho de lo estratégico de PUBG, H1Z1 o Fortnite. Decimos adiós a ese tener claro por dónde tenemos que movernos para pertrecharnos antes de la batalla final, ese viaje casi en solitario, ese… Pero a la vez ganamos algo interesante: el empleo del enemigo controlado por la máquina, su manipulación y su uso contra los adversarios, también tener que ingeniárnoslas para movernos por el mundo de juego, consiguiendo lo que queremos sin que otro jugador nos asalte, se aproveche de nuestro combate con un zombi y nos mate.

 

Personalmente, Dying Light: Bad Blood me parece una propuesta prometedora, y me lo parece porque me gustan las integraciones de PVE con PVP, lo que ofrece el propio juego de base y sus mismas reglas. Llegará como una expansión independiente en una fecha aún por confirmar de este año.


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