Dragon Quest Builders 2 triunfa por todo lo que queda por hacer en el post-game
Ayer terminé Dragon Quest Builders 2, y sigo flipado con este juego. Tras un end-game que es canela fina, el post-game está a la altura con una de las fórmulas marca de la casa de Yuji Horii con una aventura que se niega a decir adios. Si en Dragon Quest XI lo bueno empieza una vez terminada la aventura principal, en Dragon Quest Builders 2 la cosa no iba a ser diferente. La forma en que expande las posibilidades tras el letrero de 'Fin' es una pasada.
Lo bonito de seguir jugando
El post-game no es nada nuevo en el mundo del videojuego. Lo de de expandir la experiencia de juego más allá de la aventura principal lleva años dando guerra en la industria en forma de giro de guión, mundo extra, DLC o, 'simplemente', mantener el mundo vivo para que podamos seguir jugando a nuestro aire. The Legend of Zelda: a Link to the Past y la forma en que multiplica por dos su experiencia de juego cuando ya pensabas que había terminado, Castlevania Symphony of the Night y su castillo invertido o, el maestro en estas lides, NieR Automata y sus múltiples vueltas totalmente diferentes son sólo algunos ejemplos.
Personalmente, por mucho que me impresionara Yoko Taro, uno de mis favoritos en estas lides es el bueno de Yuji Horii y su saga Dragon Quest. Ya en Dragon Quest XI me enamoró cómo potenciaba la experiencia de juego tras el final con cosas como la llave maestra, reconstruir Peñalabria, las pruebas de Dristan o la posibilidad de casarte y vivir una vida tranquila. En Dragon Quest Builders 2, en mi opinión, se ha superado.
Todo lo que hay por hacer tras acabar Dragon Quest Builders 2
Tranquilos, no voy a haceros spoilers, pero la cantidad de cosas que nos quedan por hacer tras acabar Dragon Quest Builders 2 es inmensa. Tras un par de tardes separados de la mesa de constructor por motivos que ya descubriréis cuando lleguéis al end-game, volver a ponernos manos a la obra en la Isla del Despertar es una sensación tremendamente gratificante. Una maravilla a la que se unen todas las nuevas recetas, materiales, posibilidades e islas por descubrir.
Para que os hagáis una idea, una vez termineis la aventura principal de Dragon Quest Builders 2 no sólo podéis seguir cumpliendo objetivos de la tablilla, sino que aún quedan varias islas por descubrir, nuevos materiales, nuevas recetas, nuevos niveles por subir y nuevas historias que contar. A todas las posibilidades que se suman a la presencia del BichoMóvil o la ruleta cromática, se une Constructopia, una serie de islas que podemos generar nosotros mismos eligiendo tamaño, ecosistema y demás parametros y usarlas para crear lo que nos dé la gana sin ningún tipo de limitación.
Lo bueno empieza ahora
En definitiva, lo bueno empieza en Dragon Quest Builders 2 tras el final, cuando ya podemos tomarnos las cosas con calma y dedicarnos a disfrutar. Visitar las islas de la Costa del Explorador para desbloquear todos los suministros infinitos, regresar a las islas ya vistadas a saludar a viejos amigos, reclutar monstruos, aumentar la población de nuestra isla, completar objetivos de las tablillas y, finalmente, crear y hacer realidad nuestros sueños constructores más locos.
Dragon Quest Builders 2 permite alargar la experiencia de juego hasta el infinito más allá de sus DLCs y con un componente online que de primeras puede no llamar la atención pero empieza a tener sentido una vez vas creando algo único en La isla del Despertar. Si queréis un consejo, no lo dejéis de lado una vez terminado y explotarlo al máximo. Visitad otras islas, mejorad vuestro mundo, daos un garbeo por los mundos de otros jugadores y seguid construyendo. La obra de Yuji Horii merece ese mimo especial, por lo menos hasta que tengamos la buena noticia de un Dragon Quest Builders 3 en el horizonte.
¡Nos leemos!
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