Dark Souls II y La Corona del Rey de Marfil
La Corona del Rey de Márfil es un excelente remate a una serie de buenos DLC, que aunque es cierto que abusan de la repetición del mismo concepto con el que se compone Dark Souls II, resumiéndolo y condensándolo, se han disfrutado una barbaridad. Este tercer contenido descargable es el más pulido, el que esconde mejor sus recovecos y el que presenta un escenario más inspirado. La niebla cubre un nuevo reino olvidado, aprovechando el hielo como un muro a deshacer y encontrar nuevas rutas.
Los más destacable del videojuego es la estructura del escenario, cómo hemos de avanzar por él. Un boss se nos presenta al inicio, pero que para rematarlo se nos exige cierta condición que se resuelve a golpe de exploración y narración velada; una tarea que ordena la aventura y que ayuda para enterarnos más de la trama tras esta corona.
Qué bien funcionan las voces en off en el videojuego de From Software, porque sabes que siempre vienen de alguna parte, que tarde o temprano se pondrán en on para erizarnos los pelos, y lo consigue. Caminamos acompañados de la voz femenina de una dama muy relacionada con la historia que nos insta a darnos la vuelta. Y a morir.
Tenía ganas de comprobar ese cacareado sistema de aliados que luciría este DLC. La gracia tras él es que da la impresión de que From Software juega con que nosotros sabemos de la peculiaridad de este contenido descargable: que tenemos que reclutar a alguien (a algunos, más bien) para que una batalla en concreto se simplifique. Claro que ¿quiénes son esos? ¿Y de qué combate se trata, cuándo comienza? Por ello, la manera de hacernos con su ayuda, y su implicación en la lucha, no están mal, pero lo absolutamente genial es no saber de quiénes se tratan. Ya sabréis a lo que me refiero cuando os encontréis en los dominios de Rey de Márfil.
No es tan difícil, no es el reto definitivo. Si os habéis pasado Dark Souls II y tenéis a vuestro personaje bien equipado y a vuestro gusto, os lo pasaréis sin problemas; claro que esconde unas de las mejores y más elegantes trampas de la saga, de esas que gusta sufrir. Aunque ¿por qué no es tan difícil? Pues porque los patrones de los enemigos siguen siendo similares, y también estos. Bloodborne tiene mucho trabajo para avanzar en este aspecto. Claro que si los rivales son más listos y de golpes más variados, ¿tendría sentido que nos hicieran tanto daño?
En resumen, un muy buen DLC, una excelente conclusión pero que no es capaz de responder afirmativamente, con rotundidad a la pregunta: ¿ha sabido From Software aprovechar a su favor la condición capitular de estos tres episodios? Pero eso lo hablaremos en otro artículo.
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