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Chloe más Nadine no suman un Miles

O Nathan pesa más que Peter
Por David Oña

Spider-Man Miles Morales es una secuela de Marvel’s Spider-Man, pero no es “la secuela”. La secuela llegará, pero lo hará más adelante. No es una expansión, pero tampoco la continuación esperada. Sale a precio reducido, pero es que ese precio reducido son 60 “lereles”. En fin, un lío del cual todos solemos salir diciendo que Miles Morales es algo así como lo que fue Uncharted: The Lost Legacy, y sí, pero no.

 

En primer lugar porque The Lost Legacy tenía algo que no tiene este título, cierto espíritu experimental. La expansión del universo Uncharted, que acabó convertida en juego individual, supuso un campo de pruebas para varios de los conceptos que Naughty Dog trasladó (o no), más tarde, a The Last of Us: Part II. Lo podemos ver en la zona abierta de Seattle, que son los restos de un momento en el cual se estaban planteando la posibilidad de que, el título, realmente contara con algo más parecido a lo que conocemos como un mundo abierto. Finalmente acabó derivando en espacios amplios bastante mejor interpretados que en los anteriores títulos de la desarrolladora. En esta nueva entrega del trepamuros no encontraremos eso, al contrario, es extremadamente continuista y se dedica, únicamente, a pulir algún que otro detalle y a aportar un par de mecánicas nuevas derivadas de los poderes de su protagonista.

 

Chloe más Nadine no suman un Miles


Pero, por otra parte, este título parece tener mucha más entidad propia que el protagonizado por Chloe y Nadine. ¿Por qué? Pues precisamente por el propio Miles Morales. Si hay algo que Insomniac hace bien aquí, es vestir todo el juego de “el otro Spider-Man”. Y es curioso, porque, a priori, cabría esperar diferencias más palpables entre Nathan Drake y Chloe Frezzer que entre Peter Parker y Miles Morales. Sin embargo, mientras jugaba con Chloe no podía dejar de pensar en Drake, y en lo que perdía la saga al no contar con su personaje principal. Cada vez que ella y Nadine iniciaban alguna batallita verbal y se lanzaban chistes malos, a mi cabeza acudía el ladrón de la tetralogía original. El título no contaba con Nathan, pero de alguna forma intentaba que el espíritu del personaje estuviera presente, y eso solo conseguía que notara aún con más fuerza su ausencia.

 

Aquí ocurre lo contrario, y se nota desde que iniciamos el juego. Los trajes son prácticamente idénticos (es decir, son trajes de Spider-Man), el set de movimientos (salvo por los vinculados a los nuevos poderes) es el mismo y tanto uno como otro sueltan chascarrillos mientras combaten al villano de turno y, contra todo pronóstico, desde el primer momento sientes que este es otro Spider-Man. Desde la adaptación de la banda sonora, con una sonoridad más urbana y muy bien utilizada, hasta la animación del caminar o la forma en la que el personaje se balancea por las calles de New York (que resulta algo más torpe que su mentor), todo está pensado para que tengamos claro que no estamos manejando una simple skin cuando volamos por la ciudad. Con esta serie de pequeños detalles (entre otras cosas) consiguen dotar de una identidad propia al recién llegado. Tanto es así que, personalmente, no estoy echando en falta al bueno de Peter.

 

Chloe más Nadine no suman un Miles


Soy consciente de que parte de este mérito descansa en la creación del personaje original, el cual dio inicio a una de las reinterpretaciones de superhéroes más exitosas de Marvel. Pero aun así, creo que Insomniac ha sabido traducir muy bien todo eso a su particular visión del universo arácnido. Lo hizo bien trasladando a Parker al videojuego, y ahora puede que lo haga hasta mejor con Miles Morales. Gracias a ello consiguen que sintamos que somos Spider-Man, pero no ese Spider-Man, sino el otro Spider-Man.


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