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El videojuego de Rick y Morty tendría que ser así y llegar con la recién anunciada 4ª temporada

Ser Rick destrozando las reglas
Por Adrián Suárez Mouriño

La relación entre cine, series, juguetes y videojuegos es rica. Hay muchas sinergías entre estas producciones, muchos elementos de nuestro medio que viajan al celuloide: pelis con bucles de resurrección infinitos, otros que nos obligan a jugar con el argumento y resolverlo y tantas y tantas reinterpretaciones de los lugares comunes del videojuego. De eso, Rick y Morty está plagado.

 

La temporada 4 de la serie de animación ya tiene fecha de estreno. Llegará este mismo año, en noviembre de 2019. Personalmente, es uno de los productos de ficción que espero con más ganas. Su humor, su forma de tratar con tanto sarcasmo la vida y su concepción del espacio tiempo me parece fabulosa.

 

Cine Ludens, el último libro de Víctor Navarro Remesal, aborda esta cuestión preguntándose cuánto de videojuego hay en las películas en las que estudia esta cuestión. Tras leerlo, resulta imposible no abordar el visionado de cositas como Rick y Morty y hacer el proceso inverso: imaginarse el videojuego que puede salir de una ficción que tiene tanto de él.

 

En la serie de Justin Roiland y Dan Harmon, Rick tiene una forma de entender la muerte que es propia de nuestro medio: le da absolutamente igual porque sabe que tiene resurrecciones de sobra en otro mundo paralelo, y que puede forzar al límite las reglas de juego porque él es el protagonista del relato, las entiende y las domina. Tanto es así que va más allá de ellas hasta violarlas. Un videojuego nos concede una cierta libertad siempre fijada por unas ferrea guía: ve siempre del nivel 1 al nivel 2, consigue puntos de experiencia así para mejorar y si tocas el agua, estás muerto. Rick trasciende de esto, consiguiendo siempre lo que le viene en gana sacándose de la manga algo que las pliega a su favor.

 

 

Temporada a temprada, Rick supera lo que creemos que se puede hacer y lo que no. Eso le otorga cinisimo, altanería y desdén. Sin reglas de juego, se transforma en un niño aburrido que siempre ha de llevarlo todo aún más al límite. Lo único que lo baja a la tierra es Morty, y cómo hemos visto en los últimos capítulos, también su familia.

 

Y aquí tendría que radicar la gracia de un videojuego de la serie. No captaría el espíritu del show un No Man´s Sky protagonizado por estos héroes, tampoco un plataformas ni nada de eso. Lo que se nos tendría que otorgarnos es un videojuego en el que, controlando a Rick, pudiésemos romper, una y otra vez, las reglas de juego que sí atan a los demás, pero no a él. De ese modo, podríamos sentir que nos elevamos sobre el resto, nos volvemos apáticos y lo acabamos odiando todo. Porque todo es mediocre.

 

Sentimientos que suelen ser evitables en un videojuego como tener demasiado nivel o que todo fuera demasiado fácil tendrían que ser explorados aquí. Así es cómo quiero el videojuego de Rick y Morty: un título que volviera al jugador absolutamente condescendiente por poder hacerlo todo, saberlo todo y tenerlo todo. Es decir, ser Rick.


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