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El Remake de Final Fantasy VII tiene que devorar y alimentarse de Crisis Core

Una interesante precuela que no hay que olvidar
Por Adrián Suárez Mouriño

Ahora que estamos todos emocionados con el lanzamiento del remake de Final Fantasy VII es bueno regresar a Crisis Core, la precuela protagonizada por Zack y que salió en PSP hace ya unos años. Es fácil amar a este juego. Su combate funciona, su guion no está nada mal y se toma varias licencias creativas sobre el universo del producto que consiguen hacer de la aventura una muy atractiva. Sin embargo, como cosita canon que valorar, lo cierto es que creo que es mejor olvidarla. Es más. El remake de Final Fantasy VII tendría que devorar a Crisis Core, reinterpretarlo, introducirlo como uno de sus capítulos y reescribirlo por completo.

 

Ojo; no estoy criticando a Crisis Core porque me parece que hace algo muy valiente y que echo de menos: usar una portátil para osar a crear un spin off valiente, sin complejos y atrevido sobre un producto estrella. De eso, PSP fue maestra: Kingdom Hearts Birth by Sleep, Peacewalker y este Crisis Core son pura experimentación que aportaron muchísimo a sus respectivas series.

 

Lo malo es que recoger lo contado en Crisis Core es complicado. Todos amamos a Aeris, nuestra querida florista, pero en esta precuela hubo un problema. Final Fantasy VII es original de PSOne, juego en el que no se pueden mostrar rostros con expresiones ni actuación. Eso permite que el propio jugador manipule con su mente e interprete lo que ve, también que personajes como esta joven o Cloud, que son bastante pasivos, lo sean todavía más.

 

 

Sin embargo, en Crisis Core ya sí tuvimos caras, sonrisas, movimientos y muecas. Si analizamos la Aeris del original y de este veremos que son dos personajes totalmente distintos. Aeris es tontorrona en PSP, mientras que en Playstation es calmada, serena, reflexiva y preocupada por el planeta. La personalidad que se le da en la portátil facilita el encuentro con Zack y su romance. El juego no es demasiado largo y tiene que desarrollar demasiadas tramas como para permitirse emplear a la florista original, por lo que la cambia. Lo mismo ocurre con Sephirot.

 

Para poder retratar el duelo del eterno rival de Cloud se inventan dos némesis para él. A través de la confrontación de los tres se desarrolla su carácter, pero, de nuevo, nos perdemos al Sephirot de Playstation. Esto no quiere decir que Crisis Core no tenga valor, al contrario; porque lo tiene y mucho. Plantea un comienzo a todo lo que vivimos en Final Fantasy VII y tendría que ser rescatado y reinterpretado como parte del gran proyecto que es este remake.

 

Por eso digo que esta reconstrucción que se nos viene tiene que devorarlo y transformarlo, reescribir el cáracter pretérito de sus personajes pero manteniendo el tono y la trama. Eso enriquecería a Final Fantasy VII Remake. Porque no olvidemos que Crisis Core no deja de ser un divertido experimento hecho en portátil y que, como tal, se presta a las mil maravillas para esto.

 

Por supuesto, ojalá este remake fuera, en realidad, una reagrupación de todos los productos e historias que han salido de este universo y metiendo en él no solo a Crisis Core, también a las películas y juegos ligeros como Dirge of Cerberus. Tiempo al tiempo.


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