El sistema de caza de Pokémon Let’s Go debe pasar a ser el oficial

Uno de los grandes avances del JRPG por turnos fue pasar de los combates impuestos a poder ver y esquivar a los enemigos. Persona, Final Fantasy, Ni No Kuni… todos los grandes nombres del presente han adoptado ese sistema como el oficial, gracias a sus múltiples beneficios. Pokémon no sabemos si se ha subido a ese carro debido a la ambigüedad de Let’s Go dentro del canon principal, pero ya os digo que ojalá así sea. No puedo volver a capturar criaturas como lo hacía antes.

 

Para empezar, a nivel de diseño se agiliza todo al no tener que combatir o huir de los pokémon que van saliéndote cada tantos pasos, lo que premia a la exploración. En esta vuelta a Kanto me está apeteciendo mucho más descubrir cada rincón del mapa, barrer el Túnel Roca, el Monte Moon o la Cueva Diglett, porque no estoy pensando en las veces que voy a tener que darle a escapar cada diez segundos ni a las transiciones que me voy a tener que comer. Solo por este avance este cambio ya compensa, pero hay más.

 

 

Como sustitutivo, ahora ves a los salvajes que puedes intentar capturar, y a veces toca tener que esquivarlos y apañártelas para no tocarlos. Esto se aplica especialmente bien en la Torre Pokémon, porque cuando la subimos sin el visor Sylph seremos perseguidos y expulsados por cada Pokémon que la esté rondando. No solo eso, gracias a este sistema es más fácil adaptar la curva de dificultad a tus necesidades, porque a poco que consigas no capturar nada y evites a la mayoría de entrenadores puedes llegar de un pueblo al otro sin apenas subir de nivel. Es la primera vez que entro en los gimnasios con todo mi equipo por debajo del nivel del líder.

 

También hemos comentado por aquí que el sistema de captura tiene miga, por los Shiny, las cadenas, el tamaño de los pokémon y la experiencia recibida en función de lo bien que realicemos el lanzamiento de Poké Ball. Hay más recompensa, más reto y menos aleatoriedad. Desde mi punto de vista se debería explorar más en este método heredado de Pokémon Go, dando más peso a las bayas, ofreciendo distintos tipos de lanzamiento y demás. Es mucho más divertido esto que tener que debilitar al rival para poder capturarlo.

 

 

Y luego, por qué no decirlo, también está lo emocional. Pokémon siempre ha sido una franquicia en la que es mejor no pararse en las contradicciones, en la ética de tener animales pegándose, cazados y entrenados para ser más fuertes. Eso no ha cambiado tanto, y creo que siempre será así, pero una parte de mí agradece no tener que envenenar, dormir o paralizar a criaturas salvajes y reducir su barra de vida para que se sometan a mi captura. Para algunos será una tontería, pero sé que para otros no. Y por eso, por todos estos motivos, espero que la entrega del año que viene se atreva a conservar este cambio. La franquicia gana con ello.

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