Dark Souls II está lejos, pero tenemos Demon´s Souls

Un cartel visto en Los Ángeles con motivo del E3 ha revelado una terrible noticia: Dark Souls no saldrá hasta marzo del 2014. Digo terrible porque la obra de From Software es como el fumar. Al principio no sabe bien, pero cuando empiezas, es difícil dejarlo. A mí, dejar los cigarrillos me costó lo mío, conseguir olvidarme de lo vivido a los mandos de ese juego, aún no lo he conseguido.

 

Por suerte, si eres usuario de psn+, y te has dejado contagiar por la fiebre Souls, tienes a tu disposición su precuela: Demon´s Souls.

 

Ambos títulos lo comparten prácticamente todo, siendo el segundo más accesible que el primero debido a la incorporación de las hogueras que, aunque no le restan dificultad al título, disponen una serie de checkpoints en el campo que no sólo se abren al eliminar a un boss como en Demon´s Souls. Y se agradecen.

 

 

Lo más popular de la marca Souls es su dificultad, pero ésta no llega de tener que aprenderse unos combos determinados ni de ser veloces a los mandos. La dificultad aparece a través de la desinformación que acompaña al título, la misma que obliga al jugador a experimentar, a caer y levantarse, una y otra vez. Tanto es así, que si veis un vídeo de cómo matar a un enemigo, lo conseguiréis casi al instante.

 

Este concepto comienza en la misma selección de clase del personaje. Si miramos otros títulos como los de la saga Mass Effect, comprobaremos que la dicha elección acaba definiendo con qué tipo de poderes derribaremos a nuestros rivales o que armas podremos llevar. Tanto en Dark Souls como en Demon´s Souls, la elección de la clase significará que la dificultad del juego o bien se dispare o bien puedas pasarte casi una cuarte partde del juego sin demasiados problemas.

 

Recientemente, he comenzado partida en Demon´s Souls. Mi primera opción fue hacerme un bárbaro para crear un personaje que destinara todos sus puntos a fuerza, siendo el bárbaro el que  más puntos tiene de dicho stat. Craso error. Me dieron un garrote y apenas equipamiento. Aunque pegaba fuerte con él, me resultaba imposible avanzar.

 

El juego no se molesta en informarte, en recomendarte una u otra clase en función de tus habilidades. Te deja probar, experimentar y fracasar. Estuve una mañana entera sin poder avanzar más de unos pocos metros, al final me recomendaron por twitter escoger la clase “realeza” y todo se simplificó. Cambiando el garrote del bárbaro por el hechizo y el anillo de recuperar maná de “realeza”, consigue ventilarme tres bosses en una tarde, y casi sin morir. Algo similar a lo que ocurre en su continuación con la clase piromante.

 

 

Otra de las bondades tanto de Dark Souls como de Demon´s Souls es precisamente ésa, que la gente corre a darte consejos para ayudarte a no caer en los errores que cayeron ellos, extendiendo la propia posibilidad del juego de dejar mensajes para otros jugadores, en mi caso, a twitter. Algo similar a lo que sucede en Catherine, cuando los borregos se congregan antes de cada nivel a contarse estrategias de cómo superar el siguiente puzzle.

 

Al comenzar a jugar y comparar ambos títulos te das cuenta de que las mejoras que From Software les hace a sus juegos van de la mano de perfeccionar la ambientación, y en cómo trasladar ésta a los propios elementos jugables para que todo forme parte de la narrativa tan propia de la colección. El nexus tiene su fin, pero las hogueras se sienten como una evolución muy positiva de ese lugar de descanso. Veremos cómo se potencia este concepto en Dark Souls II y qué ocurrirá el día en el que decidan hacer de los enemigos seres inteligentes que no se caigan en todo foso existente.

 

Son por motivos como éste por el Dark Souls nos ha enamorado a muchos, por el que ahora estamos jugando, o hemos vuelto según el caso, a Demon´s Souls, y esperamos ese Dark Souls II como agua de mayo; más bien de marzo del 2014.

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