?Cuando Shigeru Miyamoto habla el mundo consolero calla?, nadie puede permanecer indiferente a las palabras del maestro, y es que sus comentarios trascienden a la propia Nintendo para llegar incluso a oídos de las otras empresas, no es gratis que este ?caballero? (el título incluso lo recibió hace poco) sea considerado como el Steven Spielberg de los videojuegos (en lo particular incluso esta comparación me sabe a poco).
Tal vez es su carisma o la gran credibilidad que le acompaña, la que hace que no nos molestemos cuando nos anuncia que un título estrella se va a posponer aún más, a ciencia cierta sabemos que si Miyamoto esta detrás, es que lo que nos espera es algo aún mejor.
Con excepción del reciente E3, se tiende a decir que las presentaciones más impactantes en este evento se las lleva Sony; pero siendo precisos, es realmente Nintendo, quien luego de sus conferencias, más impresión logra dejar en sus usuarios. Tal vez es la solidez y los enormes catálogos de las compañías rivales los que hacen que en la retina de algunos queden más grabadas estas empresas.
No obstante, si vemos las impresiones que ha dejado Nintendo entre sus usuarios luego de los últimos eventos en los Angeles, no queda otra que rendirse a la evidencia; este año Wii llegó de lleno, el año pasado la reserva de información y el secretismo de Nintendo generó tremendas y positivas expectativas entre los usuarios y en el evento anterior la originalidad de su nueva consola portátil cautivó muy por encima del poderío técnico de la consola portátil de Sony.
Pero en estos encuentros hubo un factor en común y este fue nada menos que Zelda, ¿Quién podrá olvidar aquel magno evento donde luego de la clásica banda sonora de este colosal juego aparecieron en la pantalla las primeras imágenes de un Zelda imponente con gráficos al estilo de los que tanto gustaron en Nintendo 64? Todavía tengo fijada la imagen cuando Miyamoto con su sonrisa infantil y con lanza en mando salio disfrazado de Link. Simplemente fue un momento apoteósico que quedará grabado con letras de oro en los recopilatorios de la historia de los videojuegos.
Por muy fanáticos que seamos de la aventuras de Zelda, debemos aceptar que Wind Waker no fue el mejor de los juegos, cierto es que las críticas lo trataron relativamente bien y las ventas no fueron malas; pero en buena medida (y con pesar de herir sensibilidades) debemos afirmar que el gran prestigio de Miyamoto ayudó a que este juego no tuviera un peor balance.
La apuesta por el estilo Cel Shading definitivamente no caló entre los usuarios que esperaban un Link con un aspecto gráfico que superara en detalle y definición a lo visto en las dos entregas de Nintendo 64, pero esto a la larga no fue el elemento más criticado (a la larga no se veía mal); las críticas recayeron en que la jugabilidad resultaba más sencilla que en las precuelas siendo este el juego más ?fácil? de los tres (algunos jefes finales no daban ni para un suspiro); además se criticaba un desarrollo por algunos momentos monótono (la navegación era desesperante a ratos) y en general una mecánica de juego que no aportaba mayor novedad en comparación con las precuelas.
Incluso, siendo exigentes, aún en el apartado gráfico se encontraban fallas, ya que la prometida definición en los rostros de los personajes no era ni por asomo lo que se esperaba, si bien los ojos de nuestro personaje eran muy llamativos, esto no daba para tener la tan anunciada matiz que habían prometido sus desarrolladores.
Claro que cuando los programadores se ensañan con algo, se mantienen a niveles que rozan la terquedad (hay que ver la manera vehemente como Hideo Kojima defiende y persiste con Raiden, ya casi nos convence de lo importante que es para el desarrollo de la historia), es así como se anunciaba con bombo y platillos que un Zelda Wind Waker 2 estaba en camino; todo indicaba que el estilo Cel Shading se mantendría.
Pero era Miyamoto quien estaba detrás del juego y con eso nos bastaba para recibir al juego con expectativa entusiasta y algo de resignación, así que cuando las pantallas del teatro fueron inundadas con unas imágenes de Zelda con un Link bastante maduro y una ambientación como la que habíamos soñado años atrás la emoción se apoderó de todos (con lagrimillas añadidas por demás).
Pero como si de una novia coqueta, demorada intencionadamente en llegar al altar, se tratase; la nueva entrega de Zelda se ha escurrido de las manos en varias ocasiones. El año pasado durante el E3 se mostró una demo jugable que apuntaba a que los usuarios de Gamecube tendrían en este juego una navidad maravillosa, pero no fue así.
Casi para noviembre, Nintendo anunció que Zelda sería pospuesto para abril del 2006, ya que se pulirían bastante detalles para hacer de este Zelda indudablemente el mejor de todos; los temores se apoderaron de los dueños del cubo; ¿podría significar una cancelación en su consola para salir finalmente en la por aquel entonces denominada revolution?
Al año siguiente los temores tomaron aún más fuerza: Zelda nuevamente sería aplazado, esta vez para acondicionarse al nuevo mando de Wii, esto podía significar el puntillazo final.
Pero no ha sido así para buena fortuna de los poseedores del cubo, The Legend of Zelda: Twilight Princes verá la luz en Gamecube, aunque compartirá protagonismo con su hermana menor, la flamante Wii, aprovechando el potencial del mando. | Lanzamiento: Por confirmar Aprovechando las capacidades del control de Wii. Hay que ver lo mucho que han cambiado las plantas carnívoras. Los combates serán fabulosos, mirad este rival. Tampoco faltarán los enemigos aéreos. Los lobos estarán al orden del día y no es precisamente un cuento infantil. Los momentos en el lago son impactantes. Los personajes del pueblo están más detallados que nunca. Esta escena se parece mucho a la del juego de Nintendo 64, parece un remake incluso. |