Avance Majin and the Forsaken Kingdom PS1
No porque te gusten los videojuegos puede uno dedicarse a crearlos. Francamente, a ninguno de nosotros cuatro aquí nos gustan los videojuegos, dijo Yoshiki Okamoto, fundador de Game Republic y director de Majin and the Forsaken Kingdom, en una mesa redonda de un Tokyo Game Show; a lo que Kenji Eno, de su equipo, respondió: A mí me gustan los juegos.
Por eso tú eres el único desarrollador de segunda de nosotros cuatro.
He aquí un pulmón para el contaminado género de la aventura. Y no porque Majin haya logrado inventar un sistema tan original que rompa los cánones establecidos, no, pero, y como siempre hemos dicho, ante la falta de ideas del siglo XXI, nada mejor que untar capas de distintos géneros sobre una rebanada de aventura, de rol, de acción, de puzle o de lo que sea.
De momento, la fórmula está funcionando, claro está, a aquellos que lo hacen bien, porque tu equipo tiene que dominar más de una disciplina. Majin es, a su vez, un juego de aventura, de acción, de infiltración, de plataformas, con unas gotas de puzle y otras de rol que, además, presenta una dinámica propia, en forma de mascota gigante y adorable controlada por la Inteligencia Artificial.
¿Por qué Majin funciona? Porque no suele fallar en ninguna de sus facetas, y Majin es un dodecaedro en cuanto a factores a analizar. Su apartado gráfico cumple bastante bien, presentando un mundo a medio camino entre la belleza robada y la oscuridad atractiva, que además se permite alguna excentricidad como ese elemento viscoso de oscuridad que forma a los enemigos y que se nos queda adherido a los pies y al cuerpo a medida que perdemos vida, o los coloridos cielos imposibles que conforman un ciclo día/noche singular. Como ocurre con lo visual, todos sus apartados jugables se comportan igual de uniformes, sin despuntar en exceso, pero con signos de calidad y solidez.
No es objetivo, de momento, verlas en profundidad, pero Majin presenta a su monstruo (el Majin, valga la redundancia), de una manera tan personal que sí es menester hablar de él, porque, básicamente, será nuestra conexión con este monstruo gigantón y bonachón lo que traspase la cuarta pared con el jugador. Si Game Republic (ahora vamos con ellos) logra traspasar la afinidad entre el héroe y el Majin a la de jugador y Majin, estaremos ante otro gran ejemplo de pareja enternecedora, al estilo de El Gigante de Hierro o La Historia Interminable, que en los videojuegos posiblemente tendrá su máximo exponente con The Last Guardian. Al respecto, el equipo ya anunció haber comenzado su producción antes del anuncio de este, dadas las sospechas por sus similitudes.
El Majin se comporta con personalidad propia; es torpón como el solo; se alegra y baila con nuestro héroe (Tepeu, él mismo le bautiza) si han logrado resolver una situación; propone ideas, y lo más importante de todo, no entorpece el camino del jugador, sino que le ayuda y le cubre la espalda en todo momento. De momento, y por lo visto hasta ahora, parece que algo de vínculo se creará. Ya veremos hasta donde es capaz Game Repulic de tensar el hilo dramático con este filón?
Ah? Game Republic, creadores de inolvidables juegos como Genji o Furia de Titanes. Sin embargo, bien sea por la insistencia de Yoshiki Okamoto o por algún que otro éxito de mediana escala como Dragon Ball Origins, o el buen hacer de diseño con el lejano Folklore, lo cierto es que este Majin and the Forsaken Kingdom parece, por fin, recuperar lo bueno de cada uno de sus predecesores sin echar por la borda la experiencia.
Puede que a Game Republic no les gusten los videojuegos, pero con Majin se quitan un poco más el sanbenito del Giant Enemy Crab y Attack its Weak Point for Massive Damage (lo hubieran hecho del todo si no fuera por ese Furia de Titanes). Además, en MundoGamers siempre hemos defendido a aquellos desarrolladores que no hacen caso de la gente que sabe mucho de videojuegos y/o que pide feedback a los aficinados (Capcom, estás en nuestro punto de mira) y sí hace caso de los profesionales que entienden de algoritmos y arquitecturas jugables (que a Spielberg o a Tarantino les gustase mucho el cine no les convirtió en cineastas de la noche a la mañana, sólo en frikis y dependientes de videoclubs).
Por tanto, Majin and the Forsaken Kingdom, apunta maneras y, además, pasa de todas las tendencias actuales, como ofrecer un modo batalla multijugador o un modo cooperativo donde uno controle al Majin. Lo más obtuso que no podemos aceptar es su caótico doblaje de hijo de vecino (sobre todo en los doblajes de los animales, que mira que es fácil, que no mueven el pico o el hocico), con fallos garrafales que llega incluso a cambiar de doblador en pleno discurso, algo inaceptable en un producto comercial y profesional. Por todo lo demás, que sigan sin esa pasión por los videojuegos.
Ficha técnica
Salida: 26-11-10
Edad (PEGI): +12
Precio: 60,95?
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