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Hands On: Grand Theft Auto IV: The Ballad of Gay Tony

Miercoles 16 de Septiembre de 2009 por Omar Álvarez
El verdadero protagonista de Grand Theft Auto IV no es ni Niko Bellic, ni Johnny Klebitz , ni siquiera Luis López (nuestro avatar en este capítulo final), sino la propia Liberty City. La ambición de Rockstar como desarrolladora ha conseguido conformar un universo tan rico y potente como el de un multi-jugador masivo, involucrando miles y millones de detalles que forman una red robusta, indestructible, que parece estar a punto de conseguir lo impensable: conseguir, durante dos años consecutivos, algo impensable: erguir un mismo título a videojuego del año.


Explosiones y desfase en el nuevo GTA

En The Ballad of Gay Tony se muestra otra cara del prisma que compone Liberty City: adiós al sueño americano de Niko Bellic (que sirvió como perfecta introducción a este mundo, como verdaderos primerizos) ni el asentamiento de Jhonny en The Lost & Damned, donde parecía que teníamos un conocimiento exhaustivo de la ciudad, que Liberty City para nosotros era jugar en casa. Esta vez acompañaremos a Luis López, guardaespaldas y matón de Gay Tony, la cabeza visible de las salas de fiesta y negocios relacionados con el público de Liberty City.

Como no podía ser de otra forma, esta primera manta narrativa confluye con todo tipo de tramas relacionadas con los suburbios, las drogas y delincuencia en general: aquí es donde entra en acción (y nunca mejor dicho, veréis porqué) nuestra figura como jugadores.


Delito contra la seguridad pública

En esta segunda expansión la tonalidad vuelve a cambiar. Adiós a ese tono rojizo tan otoñal de The Lost & Damned, hola colores saturados, cegadoras luces de neón e hiperbólicos trajes a medida en colores fucsia. El motor gráfico por su parte se ha limado un poco más para poder albergar más coches, explosiones y efectos en pantalla sin sufrir ralentizaciones. El último capítulo de GTA IV es todo un festín visual, un atracón final que pone el mejor punto y aparte previsible a uno de los juegos de la década.

El mundo de las grandes corporaciones, la mafia relacionada con política y demás celebridades del mundo de la noche proporciona también una justificación a este GTA a la hora de proporcionarnos todo tipo de armamento de alto calibre, vehículos deportivos y demás aspectos mucho más elevados económicamente hablando que de anteriores entregas. Las misiones (y su desarrollo) serán mucho más pirotécnicas y extremas que el de capítulos anteriores, desde vertiginosas escapadas en paracaídas de rascacielos, misiones suicidas (asaltando a un vagón en marcha para su posterior secuestro en el aéreo) o incluso atacar un yate... desde un helicóptero de combate.


Luis López no tiene vértigo ante el peligro

La gran novedad jugable de esta entrega es el paracaídas, uno de los elementos que más esperaban los fans desde su inclusión en Grand Theft Auto: San Andreas y que expande las posibilidades de Liberty City: tendrá su mini-juego exclusivo (algo similar a las carreras de motos en TL&D) y el control recuerda al del helicóptero de GTA IV: duro y exigente en un primer contacto para convertirse en un adictivo placer una vez comprendida su mecánica.

Todo es mayúsculo en The Ballad of Gay Tony. Aparte de las nuevas armas o nuevos vehículos, la perspectiva general es mucho más aérea que en Lost & Damned, donde parecía que vivíamos con lo puesto, a pie de calle, bebiendo a diario en una sucia taberna heavy-metal. Aquí continuamente nos relacionaremos con el alto standing, se potenciará mucho más las relaciones entre los verdaderos cargos de peso y por supuesto, las misiones tendrán localizaciones más ostentosas. Los interiores son mucho más protagonistas e interactivos, (uno de los tiroteos que pudimos jugar se realizaba en el interior de unas oficinas), con especial cuidado en las físicas y las opciones que puede ofrecer al jugador (como cegar temporalmente a un enemigo por disparar una tubería de humo).


She got a thing for that Gucci, that Fendi, that Prada

La última gran sorpresa de la versión que pudimos jugar es un pequeño paso más en la carrera de GTA IV por convertirse en el meta-juego defintivo: sistema de rankings. Cada vez que completemos una misión, entrarán en juego una gran cantidad de parámetros que abarcarán desde puntuaciones por enemigos eliminados, daño recibido, disparos en la cabeza o tiempo en completar la misión. A su vez y como no podría ser de otra forma, todos estos rankings serán públicos a través de Xbox Live y también se nos permitirá re-jugar cada misión de forma individual (para apurar tiempos o mejorar nuestra puntería).

The Ballad of Gay Tony estará disponible a partir del próximo 29 de octubre en dos ediciones, una descargable desde Xbox Live con un PVP de 1600 Microsoft Points y en formato físico, en un disco que incluirá también The Lost & Damned por menos de 45?.


Eurotrash en la capital del vicio


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