El lanzamiento de
Watchmen: El fin está cerca está fuertemente ligado a la película de
Zack Snyder y su estreno, tanto en pantallas de cine como en versión casera y, al igual que ocurre con el film, o lo odias o lo amas. Basado en el estupendo cómic de
Alan Moore, famoso por su calidad en el tratamiento psicológico de los personajes,
Watchmen: El fin está cerca había sido planteado en un principio para la distribución digital a través de Xbox Live y de PSNetwork pero ahora llega en formato físico, sin más novedad que la del sencillo menú que nos permite elegir el capítulo que vamos jugar.
La narrativa funciona como una precuela de la película (o según quién, del cómic) e intercala las fases de acción con secuencias animadas de dibujos que, por el color y el tratamiento del claroscuro, recuerdan a los de Mignola en los cómics de
Hellboy.
Entrando en temas más conceptuales la premisa es bien sencilla: Recuperar el espíritu de los beat em´up clásicos. Pero desgraciadamente la ejecución, casi dogmática, ha terminado por anular cualquier posible sorpresa y por tanto el interés del jugador. El gráfico de la bolsa en tiempos de crisis sería una alegoría perfecta para describir las sensaciones que experimentaremos con
Watchmen: El fin está cerca. La parte beat?em up funciona muy bien, con sus golpes fuertes y débiles, agarres, movimientos especiales e incluso alguna que otra animación que desborda calidad técnica. Tampoco desmerece el apartado gráfico, especialmente tratándose de un juego que en un principio estaba pensado para la distribución digital. Los escenarios están llenos de efectos lumínicos y ambientales, y el modelado de los personajes también denota trabajo, amén a la poca visible pero bien realizada física de objetos.
Sin embargo la mecánica añeja, tediosa y repetitiva, estropea un juego que podría haber sido bonito como un amor para toda la vida. Pero la costumbre termina por apagar la llama de la pasión o en este caso, la combinación matar, tirar de palanca, matar y ver secuencia, y su repetición hasta el infinito. Efectivamente, no haremos otra cosa que no sea machacar botones, terminar con hordas de enemigos idénticos, avanzar, y de vez en cuando, accionar mecanismos, ya sea en cooperativo o en solitario, con
Rorschach o el Búho Nocturno, únicos personajes jugables en ambos capítulos.
El gran problema son los enemigos. Son todos iguales de principio a fin del juego, con ropas distintas eso sí, pero con las mismas malditas mecánicas que conseguirán que nos entren ganas de quitar el juego en cuanto nos demos cuenta de que nos espera lo mismo para toda la tarde. Está bastante claro que la intención era conseguir un juego como
Streets of Rage o
Final Fight donde podíamos partirle la cara a un tal Donovan hasta cien veces en una misma partida pero, al final, en
Watchmen: El fin está cerca todo se reduce a pasar por el calvario de superar cada nivel para ver las interesantes secuencias, con agradables ilustraciones animadas y un guión que nos prepara para los acontecimientos de la película. Por desgracia estamos en el 2009 y los jugadores quieren y deben exigir más.
NOTA FINAL:5
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