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Analisis MotorStorm: Pacific Rift PS3

Martes 25 de Noviembre de 2008 por Omar Álvarez

Si alguien recuerda el primer contacto Playstation 3 con el mundo, en aquel fatídico E3 del 2005, en el que sus datos nos marearon y los primeros trailers dieron la vuelta al mundo por la red, sin duda recordarán el primer trailer de Motorstorm.

Tras el confesado engaño y una vez destapada la trampa, aquel hipnótico trailer siguió vivo en la versión final: de algún modo, la furia y pasión de esos vehículos burdos, infernales, derrapando sin ton ni son por kilómetros de zonas casi inhabitables, resultó ser finalmente el verdadero propósito de Evolution Studios (con quizás algo menos de detalle y salpicaduras de barro).

Tras el notable éxito de la primera entrega, dos años más tarde llega Pacific Rift, una apuesta a punto de la franquicia en cuanto a las posibilidades técnicas de Playstation 3 y también un pequeño paso más allá en las posibilidades de estos mastodontes motorizados.

Esta secuela resulta ser una versión potenciada del Motorstorm original. El marco ha variado sensiblemente hacia unos entornos más tropicales, paradisíacos potenciados gracias a vibrantes atardeceres. Huelga a decir que los nuevos aires no han desvirtuado el espíritu original: esta belleza plástica sólo es el campo de minas para el barro y la destrucción desbocada.

El sistema de juego sigue siendo equilibrista y preciso. Las carreras en estos entornos infernales (cada curva será aún más mortífera y pronunciada que la anterior) son disputadas por vehículos de diversa índole: quads, motos, buggies y cualquier medio de transporte con más de una rueda y motor, cuanto más embrutecido y soez mejor.

Riding at the Paradise


La estructura del juego divide Pacific Rift en cuatro torneos, inspirados en cuatro elementos diferentes (tierra, aire, fuego y agua). Cada una de estas pruebas tendrá diferentes niveles los cuales debemos desbloquear a base de ir consiguiendo podios (mediante un sistema de acumulación de puntos).

Peculiaridades aparte, Pacific Rift sigue a raja tabla el esquema jugable de Motorstorm: todos los vehículos, lo que no excluye ni a las motos ni a los camiones cisterna, se enfrentarán a la vez por los diferentes niveles. Decantarse por la ruta adecuada (dentro de los varios caminos que encontraremos en cada punto álgido) y seleccionar el vehículo idóneo para cada pista será decisión del jugador. A partir de aquí, la habilidad y la retentiva de cada nivel jugarán un papel crucial.

El turbo, una de los aspectos más radicales y diferenciales del primer Motorstorm, adquiere en Pacific Rift un nuevo matiz: por primera vez depende al 100% del entorno y su temperatura. En el juego original, el motor se sobrecalentaría mediante el abuso del turbo. Para enfriarlo, con pasar por un arrollo o simplemente dejar que respirase un tiempo, bastaba para poder volver a utilizarlo (realmente necesario para algún que otro salto preciso o para desequilibrar mediante un impacto a un rival).

Ahora si estamos en un territorio volcánico, el calor extra del circuito nos restringirá el turbo, siendo poco aconsejable su uso por motivos evidentes. No obstante, si la pista en la que jugamos tiende a aglomerar muchos ríos y cascadas, la restricción desaparecerá y podremos utilizar este plus de velocidad con más libertad.

Estos matices son significantes pero escasos. Echamos en falta cierto aire fresco en cuanto a la dinámica del derrape (a día de hoy sigue siendo bastante impracticable con según qué vehículos) y mayor profundidad en los circuitos: demasiado centrados en agradar y dejar boquiabierto al jugador en vez de ser diseñados con ?temple arcade?.

El número de vehículos se ha aumentado como marcan los cánones y un nuevo miembro se une a la familia de estas infamias locomotoras: el monster truck. El símbolo americano de la grandeza y fanfarria llega como no podía faltar a Motorstorm, siendo el más ruidoso y desproporcionado de todos los seleccionables. La forma en la que se pilota cada tipo es realmente particular, distanciándose más uno de otros en esta secuela y mejorando de forma notable el control de las motos (menos endebles y más disfrutables).

Otros extras de interés son una serie de logros que iremos desbloqueando de forma alternativa a nuestra victoria en la carrera. Estas pruebas requieren unas medidas especiales y, aunque no son estrictamente necesarias, nos darán la posibilidad de desbloquear nuevos vehículos y opciones.

El apartado técnico de Pacific Rift es digno de mención. Si el primero ya planteaba unos escenarios rocosos espectaculares, esta secuela directamente exprime de forma inhóspita, la efectividad de los sharders y bit maps a diestro y siniestro, sin pudor. La luz es mucho más cálida, los efectos de agua tienen interesantes matices dependiendo de su densidad, las texturas han ganado en solidez y la acción nunca se ralentiza, esté la pantalla o no, saturada de competidores. La BSO resulta una recopilación de grandes éxitos del grunge, un-mental, hardcore y la electrónica más martilleante, con alguna rareza (Queen Bitch de Bowie) y una característica interesante y cómoda de cara al jugador, poder cambiar la canción en tiempo real mediante el uso de la cruceta (no obstante, el rugir de los motores y el desgarrador sonido del metal estampándose contra una roca es tan impresionante que resulta más atractivo que la propia selección musical,).

Por último el modo online se mantiene intacto respecto a la pasada edición aunque Evolution Studios han escuchado las plegarias de los usuarios: Pacific Rift dispone al fin de un multi-jugador a pantalla partida, en el que podremos jugar hasta con cuatro jugadores, con una limitación técnica notable pero que no interrumpe el frenético ritmo de juego.

CONCLUSIÓN - MotorStorm: Pacific Rift -


La secuela de Motorstorm peca de tradicional y continuista. Evoluciona de forma eficiente las bazas del original (multi-jugador, su idiosincrasia, perfectamente plasmada) pero su espina dorsal sigue siendo débil por la particular conducción de los vehículos.

No obstante, Pacific Rift ha sido pensado para y por los fans del original, los cuales si no son muy puristas, encontrarán en este infierno de barro y metal la evolución lógica de los olvidados juegos de carreras alocados y ruidosos, donde la única recompensa era ver nuestro bólido en mil pedazos.

NOTA FINAL: 8


A FAVOR Y EN CONTRA - MotorStorm: Pacific Rift -


A favor:

- Apartado técnico cuidado y resultón.
- Espíritu desenfadado y fanfarrón, oda pura a la destrucción descerebrada.
- Modo multi-jugador en local.

En contra:

- La evolución es tímida en términos jugables.
- El control de algunos vehículos sigue siendo muy duro.
- La dificultad endiablada es engañosa por errores de diseño en niveles avanzados.

INFORMACIÓN DEL JUEGO - MotorStorm: Pacific Rift -


GENERO: Conducción arcade
DURACIÓN: Media
MODOS DE DIFICULTAD: 3
MODO MULTIJUGADOR: Sí, hasta 4 jugadores.
MODO ONLINE: Sí, hasta 16 jugadores.
MODO HDTV: Sí, hasta 720p.
EXTRAS: Sí, vídeos, vehículos, modos etc.

FICHA TÉCNICA - MotorStorm: Pacific Rift -


DESARROLLADORA: Evolution Studios
DISTRIBUIDORA: Sony España
LANZAMIENTO: 13-11-08
CALIFICACIÓN EDAD: +16
Precio (?): 63,65?
8

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