Golpea a una caja de cartón y prescinde de controles. El creador de Sonic, reinventa el Wiimote.
Yuki Naka es un hombre afable, amante de los conceptos clásicos y tradicionales, una mente peculiar en el mundo del videojuego en la que, cada vez con mayor frecuencia tenemos que soportar el ego de algunos de sus principales creativos (sí sí, esos que crean ?vidas alternativas?, se presentan en las ruedas de prensa con Katanas o realizan películas interactivas de infinita duración?). Naka es especial, definitivamente. Enternece su tranquilidad, su forma en la que ve la vida pasar, más como una oportunidad perdida que como el genio del videojuego clásico que es.
Sonic en la sombra de Mario. Nights, en la sombra de? Super Mario 64. Su carrera ha tenido altibajos, pero siempre ha mostrado su cara más trasgresora concibiendo nuevas ideas y ofertando posibilidades frescas a los jugadores más saciados: Let´s Tap aboga por esta filosofía y se transforma, tanto por raíces como por méritos, en su título más reseñable de la última década.
En Let´s Tap necesitaremos un Wiimote y una superficie plana en la que apoyarlo. Nada más. Aunque su funcionamiento parezca rudimentario e impracticable, es necesario probarlo in-situ para fascinarte con su funcionamiento. La precisión a la hora de detectar nuestros golpes es fabulosa, incluso reaccionará por su sensibilidad a nuestros golpes fuertes, suaves o consecutivos.
No es perfecto, ni mucho menos y en ocasiones tropieza más de lo deseado, pero no hay que olvidar que el espíritu de Let´s Tap es muy similar al que también propuso Sega en Samba de Amigo: Let´s tap ha de jugarse en comunidad. Sin prejuicios, ni excesivas complicaciones, se trata de un título festivo, accesible y pro-activo para reuniones sociales.
Una vez comprendido el funcionamiento Let´s Tap se explaya a través de 5 mini-juegos de temáticas distintas. Maratón es una carrera de hasta 4 jugadores, en las que tendremos que realizar ?tapeos? suaves pero continuados para hacer correr a nuestro avatar. Si golpeamos fuerte, saltará los obstáculos y las vallas que se toparán a su paso.
Mantén el ritmo es una versión en miniatura de Donkey Konga, donde tendremos que golpear la caja (ya sea las que incluye el juego, una mesa o el envase de los Corn Flakes) cuando la esfera coincida con el punto de ritmo (algo así como las fichas en caída vertical de Guitar Hero). Demasiado básico, pero funcional.
Bloques fijos es sin duda el más sorprendente e interesante. Se trata de un tenga abstracto, donde tendremos que ir retirando fichas sin que se caiga nuestra torre. La detección en esta prueba es prácticamente perfecta y uno de los más brillantes para jugar en compañía.
El mini-juego más especial, más por su sorprendente ambición que por su funcionamiento o complejidad es Burbuja Espacial, una especie de shmup horizontal donde tendremos que disparar y avanzar, la versión otaku de Ballon Fight de una duración considerable y ejecución digna pero no impecable. Por último, Visualizador es un fondo de escritorio interactivo, un simple experimento incluido más como extra que como mini-juego categórico.
Dejando atrás innovación, ruptura de interfaces y todos esos términos rimbombantes que nos encanta utilizar a los críticos, Let´s Tap exige sus respetos en el multi-jugador. Trae a tu hogar a cualquier persona, pon a tu abuelo delante de la pantalla, saca la Wii del armario en una fiesta adolescente, su accesibilidad y sencillez no tienen rival, serás capaz de obviar todas sus imperfecciones.
Durante unas horas, me he vuelto a sentir como en el verano del 2002, rodeado de amigos, con unas extravagantes maracas en una plataforma tan minoritaria como Dreamcast, descubriéndoles sus asombrosas posibilidades, recordándoles que un videojuego es, ante todo, algo como esto.
NOTA FINAL: 8
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