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Analisis Fire Emblem Fates: Estirpe ,3DS

El indicado para empezar tres juegos que se necesitan uno a otro.
Viernes 13 de Mayo de 2016 por Víctor Junquera

Fire Emblem Fates es un único universo del que podemos ver tres caminos paralelos. Los tres caminos, Estirpe, Conquista y Revelación, comienzan con un prólogo común, cinco breves capítulos en los que nos presentan con acierto las bases del juego y sus novedades en la saga, los protagonistas de esta historia de dos reinos enfrentados y el principal motivo del conflicto. Fire Emblem siempre ha sido un juego de decisiones, un juego en el que cada movimiento es una decisión importante con futuras consecuencias. Y tras ese prólogo, es hora de tomar una decisión.

 

¿Familia de sangre, familia adoptiva o...?

 

La luz del alba irrumpe

 

Escoger apoyar a la familia de Hoshido es la opción más lógica desde que en un primer momento se muestra una verdad (a medias) diferente de la vida habitual de la protagonista. Uno podría querer inclinarse a defender a la familia con la que se ha criado en lugar de defender a aquella con quien hay lazos de sangre, excepto por el hecho de que la familia no biológica es un reino belicoso, el mal encarnado que justo momentos antes han cometido una atrocidad contra un reino de paz, y contra el mismo protagonista. Escoger Fire Emblem Fates: Estirpe y apoyar a Hoshido es la opción más lógica, pero poco se tarda en ver que no es oro todo lo que reluce y que un ideal de paz sin víctimas no es más que eso, un ideal.

 

Fire Emblem Fates: Estirpe es justo lo que se podría esperar de un Fire Emblem tras Awakening. Reinos enfrentados, una historia en busca de salvar el mundo una vez más, un cierto tono sobrenatural de dioses antiguos y armas de leyenda, un ejército de personajes basados en clichés, pero que al menos cuentan algo interesante en las conversaciones de apoyo no orientadas a casarse y producir descendencia (las que pueden llegar a A+ suelen ser mucho mejores que las que pueden llegar a S), y por supuesto, una cantidad notable de mejoras con respecto a la historia de Chrom, Lucina y compañía, aunque existen ciertos lazos entre Awakening y Fates a descubrir en otras versiones. Fire Emblem Fates: Estirpe es el juego que busca la satisfacción de una historia concluida, aunque no cerrada. Pero ¿y si...?

 

 

Fire Emblem Fates: Estirpe te tira más de una vez la indirecta de que hay mucho más detrás del telón de lo que se te está contando. «Ojalá hubiésemos podido ser aliados,» te dicen varios de los miembros de tu ex-familia, incitándote a ver que siempre estás a tiempo de escoger otra senda en la que todo transcurre de forma diferente. «Aún no puedo contarte el por qué de todo esto,» dice Azura más de una vez, o un «busca en el fondo del lago» que se queda como la mayor incógnita no resuelta, que desde el vídeo de introducción del juego y la propia pantalla de título te hace entrever que en Revelación estará la auténtica verdad sin cabos sueltos.

 

Pero donde Conquista falla al dar una historia con lógica o con cierto interés más allá del sufrimiento, tanto del jugador como del protagonista,  Fire Emblem Fates: Estirpe acierta al dar justamente lo que se podría esperar de un Fire Emblem que no recurre a la forja del héroe, sino que sencillamente nos lleva a recorrer un camino de principio a fin, sin rodeos ni muchos giros de guión más allá de un par de artimañas enemigas, pero con sus puntos álgidos muy bien marcados entre lo épico y lo dramático, eso sí, sin mucha complicación para el jugador que ya se conozca los entresijos de las mecánicas de juego.

 

Estirpe tiene a un elenco de personajes bastante olvidables, pero Subaki, y sobre todo el cabronazo de Azama, son grandes incorporaciones lejos de los clichés.

 

Pero incluso para ese jugador, para el experto que en realidad ansía el desafío de Conquista o la historia sin tapujos de Revelación, empezar por Fire Emblem Fates: Estirpe puede ser lo más recomendable (en modo difícil directamente, eso sí) para acostumbrarse a las nuevas clases hoshidanas, a nuevas habilidades que mejor que no nos cojan por sorpresa en el bando enemigo de Conquista.

 

En Fire Emblem Fates: Estirpe también abunda otro elemento que utilizar a nuestro favor (y que muchas veces se vuelve en nuestra contra en Conquista), las Venas de Dragón, puntos del mapa que determinados personajes (los de linaje real) pueden activar para modificar el terreno y, por norma general, facilitar aún más las cosas. Y no es un elemento penalizador, no hay una ventaja o premio por no utilizar las Venas de Dragón, así que todo ello está ahí intencionadamente para que Fire Emblem Fates: Estirpe no se complique más de la cuenta.

 

La familia de Hoshido es un poco sosa. La bondadosa chica tímida, la chica dura, el recto y honorable hermano mayor y el que se cree guay porque tiene un arco legendario. Pero son buena gente.

 

Pero se puede llegar a complicar aún así, no es que sea precisamente un juego en el que se pueda poner el modo automático si se quiere conservar a todas las unidades con vida, y hay una buena variedad de mapas que son mucho más que una cuadrícula en un rectángulo con ciertos obstáculos, hay originalidad y cierto desafío en mapas con hielo, con la clásica y odiosa arena, con ríos y puentes que molestan más que ayudan, con escenarios a varios niveles a los que acceder a través de escaleras,...

 

Fire Emblem Fates: Estirpe sigue siendo el menor desafío de los tres Fates y más simple que todos los pre-Awakening, pero eso no quiere ni mucho menos decir que sea fácil o que esté mal planteado. Sí que es cierto que aquí el buen equilibrio entre las unidades de tu equipo no es algo tan importante, algo que permite que al menos se pueda hacer un buen ejército de 'personajes favoritos' en lugar de ir a por los que mejor se adapten a cada situación, y con acumular experiencia unas pocas veces en batallas aleatorias se puede ir perfectamente sobrado en las misiones principales. Al menos existe el desafío de las misiones secundarias de los vástagos, que eso sí, aquí su nivel crece a medida que avanzamos en la trama principal, y 'dejarlas para más adelante' las hace más difíciles.

 

Azura, personaje clave en todo Fire Emblem Fates, muestra en Estirpe su lado más amistoso y entregado. Una opción clara de romance, pero ni con esas suelta prenda de lo que ocurre en realidad.

 

La letra de la canción principal de Fire Emblem Fates diferencia con atino ambas entregas en dos versos, la del bando de Nohr es una historia de conquista y destino, de traiciones y oscuridad. Por otro lado, la de Hoshido es una historia de linajes y amor, de luz, claridad y cielos azules, un Fire Emblem para todos los públicos con todos los elementos necesarios para que cualquier tipo de jugador pueda disfrutarlo, tanto con prisa como con calma, tanto buscando la historia como la estrategia o las relaciones entre personajes en busca de las unidades perfectas.

 

Fire Emblem Fates: Estirpe quizá sea el menos inspirado de los tres juegos diferentes que componen este título único, pero sabe ser el que no necesita de los otros dos para ser mejor, y a la vez es el que le da el valor añadido a Conquista, por convertirte en un monstruo capaz de luchar contra la Hoshido que ya conoces. Partiendo de que, a pesar de poder ser juegos independientes, están hechos para que quieras terminar pasando por las tres sendas, sin duda Fire Emblem Fates: Estirpe es el mejor para empezar.

 

Si quisieras haber partido de otra decisión en las sendas del destino...

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