La necesidad de Dead Rising 3 de ser más Dead Rising I

En su momento Siliconera ya chivó al universo mucho de los planes de Dead Rising 3 y pocos le hemos reconocimos el mérito una vez se ha descubierto el pastel. Hace más de dos años que conocíamos la intención de sacar la tercera parte con un mecánico de protagonista en tierras californianas, y aunque muchos dábamos por sentado que lo veríamos en la actual generación, el cambio a la next-gen quizás acabe siendo una virtud para el hambre que pasaremos a los mandos de One en sus primeros meses tras el lanzamiento.

La página americana ha chivado alguno de los psicópatas que ocuparán los puestos de final boss en la nueva entrega, y aunque parece que serán de la misma clase que en los juegos que conocimos en capítulos anteriores, es un alivio conocer la intención por parte de Capcom Vancouver de mantener una de las características más significativas de la franquicia en un capítulo en el que muchos, tras ver los primeros contenidos mostrados en el E3, ya han calificado de ser más serio que los anteriores episodios.

Dead Rising, con Inafune al mando todavía, plantó una historia de zombies con una serie de enemigos memorables que habían enloquecido hasta niveles insospechados por culpa del holocausto zombie que se estaba viviendo en Willamette, pero no volvimos a ver enemigos a esa altura de desquicio y locura en las dos entregas siguientes, justamente cuando el desarrollo abandonó Oriente para tomar aires occidentales. Y no hablo únicamente de Dead Rising 2, creo que Off the Record, a pesar de recuperar al bueno de West para sus filas, pecaba de prácticamente lo mismo.

El cambio, y no es que lo diga yo, es que podemos comprobarlo en Metacritic, sentó francamente mal al futuro de la serie, y aunque es probable que en el desarrollo de la propia obra ocurrieron cosas negativas en pleno huracán Inafune a pocos meses de su marcha, no quita que lo bueno y bien cosechado con el juego de 2006 resultó decepcionante al poco tiempo con una aventura bastante alejada de lo que podíamos imaginar para una secuela en un casino, un escenario a todas luces deseable para un juego de las presentes características.

Recuperar la figura del psicópata parece capital, y en caso de ser cierto lo filtrado por Siliconera, tenemos motivos para pensar de nuevo en clave positiva con la tercera parte de Capcom. Ojalá así sea. Dead Rising merece un bis a la altura del primero, y siendo uno de los pocos juegos de la generación que se han mantenido en exclusiva para una consola sin visitar a la competencia, japoneses y americanos deberían mimar el desarrollo canadiense para que se convierta en una de las piezas imprescindibles del Day One de, valga la redundancia, One.