Cuando todo lo demás no importa en un simulador deportivo

NBA 2K16 me tiene enamorado. Como cada año me pasa con esta saga, vaya, aunque no soy de jugar durante todo el año, como es el propósito máximo de estos simuladores anuales, disfruto unas cuantas semanas de todo lo que tiene que ofrecer, de traerme la NBA a casa de una forma tan impresionante.

 

Pero claro, NBA 2K16 no es un juego exento de fallos, de pequeños problemas que deberían hacer que no estuviese de acuerdo con el inusual 9,6 del amigo Diego, pero lo estoy. Entiendo que NBA 2K16 sufre muchos problemas, muchos que sufren muchos juegos de hoy en día, bien por moda o como medida de protección, y otros tantos que no deberían.

 

Entiendo que NBA 2K16 sin conexión a internet sea un juego muy limitado. No lo comparto, claro, es terrible que sigamos hablando de cosas así como devolviéndonos a la época de los malignos y abundantes DRM, pero no son pocos los juegos que obligan a estar conectados a internet para ser disfrutados plenamente, más aún, ahora que el motivo está en que nadie pueda trampear con la economía del juego, que puede afectar a tu rendimiento online.

 

 

Porque sí, la economía del juego también sería otro de esos problemas, la escasez inicial de VC, lo mucho que se tarda en conseguir una buena suma y lo imprescindibles que resultan para hacer que nos sintamos bien a gusto con nuestro propio jugador con unas estadísticas decentes y una personalización acorde, las mismas monedas que necesitamos para sentirnos bien a gusto con nuestro propio MiParque único y especial. No es tanto un problema como un premio para quien juega mucho, claro. Quien tiene esa costumbre de jugar a diario un buen rato no sufrirá de esa escasez, tendrá la paciencia necesaria y disfrutará del momento cuando llegue, pero cuesta asumir que necesito jugar una veintena de partidos para pagar unas zapatillas que yo mismo he diseñado.

 

Pueden llegar a molestarme esos problemas, aunque lo que más pereza me da son las cargas, cargas muy largas en pleno 2015, con una nueva generación casi recién estrenada, cargas que quieren estar bien disimuladas con el previo del partido con comentaristas que no tienen subtítulos,... Pero aunque todo esto y más de lo que comentábamos en el último MGPodcast debería ser vital para conformar mi opinión, nada de esto me importa.

 

Nada de esto me afecta a la hora de disfrutar del juego, porque NBA 2K16, en todos y cada uno de sus modos de juego, cuando llega la hora del partido, bien jugando o bien desde el banquillo, es una auténtica virguería que consigue que se me olvide todo eso que debería molestarme.

 

Supongo que es algo más normal de lo que parece, hay un público ahí fuera (mucho público) al que no le importan los bugs, las caídas de frames, la existencia de micropagos, la anualización de sagas y todos esos dramas que nos afectan a quienes estamos tan, tan metidos en esto. Quizá debería volverme más crítico al hablar de NBA 2K16, pero cuando en un videojuego lo único que importa es la parte 'que juegas' y eso 'que juegas' es tan impecable... ¿De verdad importa todo lo demás?

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