El primer Space Invaders Extreme tuvo un mérito especial:
re-versionar un clásico tan anclado a su propia mecánica, destrozando sus pilares básicos y modernizándolos, respetando a su vez, su iconografía casi de forma íntegra, era un desafío que durante más de 30 años, nadie había conseguido superar.
Experimentos fallidos, como Space Invaders Get Even (donde nosotros somos la horda de píxeles que invaden la tierra) proponían más un desafío estético que una ruptura a la mecánica pausada y milimétrica que revolucionó toda una generación en los salones recreativos a un lavado de cara que respetase realmente el juego original.
En SIE2 se mantiene en cierta medida el juego pausado y milimétrico pero busca la profundidad de arcades modernos como Ikaruga o DoDonpachi.
Se premiará por encima de todo la realización de cadenas, destruyendo a enemigos del mismo color (grupos de 4) sin errar los disparos, evitando la simpleza del barrido de enemigos abrupto.
Como extra, aparte de la bonifación en formato de puntos, obtendremos un ataque especial mucho más potente pero limitado. Este power-up permite eliminar enemigos a mayor velocidad pero también puede entorpecer la precisión, perdiendo la oportunidad de realizar una nueva cadena. Para finalizar,
se perderá cualquier progreso en la cadena de destrucción si durante más de 3 segundos no eliminamos a ningún enemigo.
Este patrón en un primer contacto ya asumible
no llega a resultar agotador ni agobiante para el jugador en ningún nivel de dificultad o fases avanzadas. Precisamente aquí se encuentra su
principal error, recurrente a decir verdad, en los arcades menos prodigiosos: no ofrecer a los jugadores un reto desde los primeros segundos de partida.
Grandes ejemplos pueden ser Geometry Wars, Tetris o Pac-Man. En menos de un minuto de partida, el juego ya ofrece un reto lo suficientemente tenso como para conseguir perder nuestros nervios y repetir una y otra vez ese mismo segmento de juego en busca de la perfección.
La simpleza radical de esta interpretación de Space Invaders ofrece algo más allá de cadenas y niveles evolutivos: existen enemigos de bonificación que nos llevarán a niveles especiales (denominados Fever) con los que aumentar nuestra puntuación, jefes finales de dimensiones titánicas (en escala, claro) a destruir a doble pantalla o la modalidad Bingo Fever, donde se nos obligará a exterminar a los enemigos por orden dependiendo de su color.
No me mal interpretéis:
Space Invaders Extreme 2 es uno de los arcades de referencia en Nintendo DS y un juego al cual se le perdona cualquier aspereza por su potente tratamiento gráfico y homenaje a un género injustamente olvidado, pero le falta fuerza para convertirse en un arcade de cabecera y que perdure en el recuerdo de los jugadores por una mecánica robusta, el santo grial al que cualquier juego del género debe aspirar.
El apartado gráfico sigue haciendo 'apología del píxel', saturando al pantalla sin vergüenza de elementos cúbicos, colores saturados, y grandes efectos de explosiones y luz en formato 2x2. Recomiendo la desactivación de efectos visuales aditivios para los fondos ya que la sobrecarga puede ser muy incómoda y jugar con unos buenos auriculares para disfrutar del inmersivo sonido techno-zapatilla que acompaña a la destrucción paulatina de invasores (como en los viejos tiempos, pero más maximalista).
La secuela de la re-visión aporta algunas novedades fútiles y una estructura más arcadiana y directa, pero le falta el impacto del original y sigue sin ofrecer una mecánica verdaderamente portentosa. Pero si llevamos 30 años sin poder resistirnos al encanto de los marcianos pixelados, menos lo vamos a conseguir ahora que se han atrevido a darle el esperado giro.
NOTA FINAL: 7.5
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