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Analisis Might & Magic Duel of Champions ,IOS,PC

Minecraft Dungeons... and Dragons
Lunes 25 de Mayo de 2020 por Rafa del Río

Si nos ponemos a hablar de la estrategia de cartas y mencionamos la marca Might & Magic, algo nos hace ponernos serios. Si hace un par de semanas hablábamos de La lucha por el tesoro de Sony Bend, y lo catalogábamos de entretenido y amigable, hablando de Might & Magic debemos tomar un cáliz diferente. Todos conocemos la franquicia que poco a poco generó un agujero negro que absorbía a cuantos se atrevían a acercarse. Realmente se ha hecho muy popular desde sus comienzos y su extensión al mundo digital no le ha hecho perder una pizca de carisma.

 

Reconocí en el último MG Podcast que mi habilidad con los juegos de estrategia de cartas no era para echar cohetes. Por eso doy mucha importancia a cómo nos introducen en el juego, cómo nos explican el funcionamiento. Y Duel of Champions lo hace de una forma reconfortante en su modo Campo de entrenamiento. Nos colocamos en un modo juego individual y nos van dando lecciones divididas en niveles. “Así funcionan estas cartas” y acto seguido nos dejan libres para usarlas, hasta llegar a la siguiente lección. Como un padre que nos enseña a montar en bici, nos empuja para después soltarnos y asimilemos la dinámica.

 

El tablero nos invita a estudiar cómo colocar nuestras cartas como si de un campo de batalla se tratase

 

Los aficionados a “las Magic” ya saben cómo funciona pero, los menos puestos en el tema pueden hacerse una idea de por dónde empezar. El tablero, con su distribución y sus facciones de cartas, Santuario, Bastión, Infierno y Necrópolis, nos sitúan invitándonos a tomar lugar. Tras nuestra selección, nos deslizamos hacia el descubrimiento de las cartas de unidades, la asignación de habilidades y el aprendizaje de estrategias. Un sinfín de cartas y reglas nos quedan por delante y más aún sabiendo que Free to Play significa “juega gratis, pero invierte para ganar”. Cada unidad tiene su fuerza y sus reglas, como el alcance de su daño y sus restricciones, y debemos aprender a combinarlos con nuestras criaturas para dotarlos de habilidades y así inclinar la balanza en nuestro favor, o al menos tratar de protegernos de sus ataques.

 

Al principio es normal que nos cueste coger el ritmo, pero sí nos va generando esa sensación de que vamos avanzando, aprendiendo. Hay que tener presente la cantidad de factores que entran en cada partida, aunque propios de este tipo de juegos, puntos de ataque, puntos de defensa, habilidades, potenciadores, bloqueos… Cada carta tiene sus fortalezas y sus debilidades y estudiando el efecto que provocamos con cada una de ellas encontramos cuando es el momento de lanzarlas al tablero y utilizarlas contra el adversario.

 

Un sinfín de cartas a nuestra disposición que nos invitan a desbloquearlas (pagando o no)

 

Hay una novedad en esta entrega que nos permite tomárnoslo con calma y disfrutar de un camino de aprendizaje e implementación de estrategias. Y es que en nuestro turno no tendremos un límite preestablecido de acciones, si no que podremos gastar los puntos obtenidos en la ronda anterior, en los movimientos y orden que deseemos. Cuando tengamos claro lo que queremos hacer, solo deberemos confirmar el cambio de turno y daremos paso al contrincante.

 

Es muy interesante el concepto de cubrir los flancos de nuestro héroe con criaturas y habilidades o tener la oportunidad de sacar cartas que cambien el rumbo de la partida mediante la modificación temporal de las reglas. Probar y aprender de los errores es como comer pipas. Cogemos una carta e ideamos una estrategia de ataque o defensa, aparentemente infalible. El contrario descubre nuestro punto flaco y ya sabemos en qué somos más vulnerables. Al mismo tiempo probamos ataques y, si los vemos contrarrestados o bloqueados, corregimos nuestro método para tratar de encontrar nuevas fallas en las filas enemigas.

 

Cada carta puede hacer que la partida cambie de rumbo en cualquier momento

 

Es cierto que Might & Magic juega con algo de ventaja gracias al trabajo que lleva a sus espaldas, pero no cabe duda que se lo ha ganado a pulso. Sus seguidores son fieles por convicción y los nuevos jugadores no se ven amenazados por un aprendizaje demasiado complicado como para dedicarle un rato. El tutorial es fantástico. Con la variedad de cartas, la capacidad de sorprendernos parece no tener fin. Aunque quizá mantengamos la idea de que la fortaleza se consigue antes pasando por caja. Puede ser cierto pero, como en todos los Free to Play, nadie nos obliga a pagar nada. Personalmente, el hecho de poder jugar en PC o Tablet resulta muy cómodo, aunque suene algo sibarita. Duel of Champions se muestra ebrio de libertad, ya sea desarrollando la estrategia para vencer, como tomándonos el tiempo necesario para aprender y pensar el siguiente paso.

7.5

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