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Analisis Civilization 5 PC

Viernes 24 de Septiembre de 2010 por Enrique Luque de Gregorio
Para hablar de una saga como Civilization hace faltar coger aire. Para empezar, comparar la obra de Sid Meier con otros juegos de estrategia por turnos sería tan injusto y tan ridículo como decir que Halo es otro shooter más. Y es que, después de una entrega para consolas cargada de intención pero de dudosa autenticidad, Firaxis ha vuelto a escribir otro renglón en la historia del PC. Otro punto y aparte.

Si Civilization Revolution, en su intento de conquistar a un nuevo público menos paciente y dedicado, se quedó a medio camino de todo, lo cierto es que Civilization 5 es un acierto tras otro, incluso con sus polémicas decisiones, ésas que indudablemente hacen que el fiel seguidor de la saga pueda desconfiar en un principio. Pero que nadie confunda sencillez con simpleza. En una lucha cada día más necesaria de abrir nuevos horizontes, esta nueva entrega es -exceptuando el ya anecdótico Revolution- la más accesible y fácil de dominar de toda la saga. Los menús son ahora más cómodos y el interfaz permite un dominio más intuitivo sobre todas las acciones del juego, que se han englobado para reducir considerablemente el número de engorrosos submenús.

La forma elegida para distribuir la necesaria información del juego es intachable. En una primera barra se pueden observar las producciones de oro, ciencia, hierro, caballos, así como el nivel de cultura y el estado de la felicidad de los ciudadanos. Justo debajo se accede a un menú donde podemos estudiar la información sobre las unidades de las que disponemos, el estado de las ciudades, el árbol tecnológico, etc. Todo, insistimos, de manera clara y perfectamente organizada.

La realidad de poder llevar a cabo las mismas acciones que antes pero de forma más rápida, reduciendo el número de pasos, ayuda a poder centrarse en los objetivos principales, como elegir le camino deseado a la supremacía (ganar la partida): militar, cultural, tecnológico o diplomático. Para ello, es posible seleccionar entre dieciocho civilizaciones o imperios (entre las que, curiosamente no se ha incluido España).

Entre las nuevas posibilidades de Civilization 5 también se encuentra la de colocar gobernantes en las ciudades bajo nuestro dominio. Esto se traduce en una mayor comodidad -si queremos, por supuesto- a la hora de tener el control sobre ellas, sin requerir necesariamente toda nuestra atención constante. Estos y otros detalles se pueden automatizar, como el desarrollo de nuevos trabajadores o puntos urbanos. Pero, aún así, las partidas no bajan de las diez horas, lo cual evidencia que nada se ha simplificado, conviene insistir en ello, sino que Firaxis sólo ha hecho más accesible el camino.

Otra novedad radica en las debutantes ciudades-estado, unos centros independientes que, pese a su relativo poco peso real, aumentan las opciones estratégicas del juego. Sin ir más lejos, es posible aliarse con ellas, principalmente para lograr algún tipo de recurso o beneficio diplomático, pero también es posible conquistarlas, dejándolas en una aparente libertad bajo la cual estarán completamente bajo nuestro control.

Siguiendo la mecánica de este nuevo Civilization se llega, cómo no, a los combates, que también han evolucionado con respecto a las anteriores entregas. En esta ocasión el tablero de juego se divide en casillas hexagonales, algo que reduce el número de unidades militares que podemos gestionar, haciendo más valiosas cada una de ellas y más sencillo el control de su conjunto. De esta manera, además de una mayor intensidad, se ha logrado que los detalles como la naturaleza del mapa o la experiencia de las tropas sean determinantes.

Por otro lado, el multijugador sigue siendo, en esta saga, un tema aparte. Las partidas online de Civilization 5 pueden llegar a enganchar mucho, sí, pero también convertirse en una experiencia terriblemente larga y tediosa, debido precisamente a su naturaleza por turnos. Poder configurar los parámetros de la partida hasta el punto de seleccionar, incluso, la opción de jugar mediante movimientos simultáneos facilita el asunto, pero igualmente genera una forma de juego un tanto híbrida y, en ocasiones, insatisfactoria.

Pero, en resumidas cuentas, Civilization 5 es un título brillante en todos sus apartados, incluido el gráfico que, pese a tener las lógicas limitaciones del género, cuenta con un alto grado de detalle y un acabado visual muy agradable y convincente. De esta forma cualquier usuario, ya sea debutante o veterano seguidor de la obra de Sid Meier, no sólo se va a encontrar una entrega profunda, adictiva y cuidada, sino también un Civilization rejuvenecido y mucho más coherente en sus planteamientos que nunca. Esto sí es una revolución.

NOTA FINAL: 8,5
8

/ 10


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