Yakuza 5 llega demasiado tarde

2015 ha sido un gran año para los mundos abiertos, bajo mi punto de vista. No tanto por cantidad (es cierto que ha habido demasiados ejemplos) sino por calidad, con obras que conseguían aportar nuevos elementos nunca antes vistos en la industria de los videojuegos. En este sentido, adoro los juegos que son capaces de generar nuevas ideas inéditas que el jugador posteriormente saborea como un rico manjar; como ese filete que ya conoces pero al que le han añadido una salsa muy especial que nunca habías probado. 

 

Por eso el tiempo es tan importante en los videojuegos. Esos juegos que este año han aportado tan buenas ideas en lo referente a mundos abiertos, como podrían ser The Witcher 3 Wild Hunt o Metal Gear Solid V The Phantom Pain, no transmitirán lo mismo dentro de unos años, cuando haya más ejemplos de títulos que quizás hayan tomado esas ideas y también hayan incluido otras nuevas. Es lo bueno del mundo de los videojuegos, ya que su juventud nos permite verle crecer de forma rápida, y lo que en un principio podía ser novedoso con esa nueva salsa en nuestro filete luego puede no ser tan espectacular cuando nos pongan un plato delante con muchos más ingredientes desconocidos. 

 

Por eso Yakuza 5 ha llegado demasiado tarde a nuestro territorio. 

 

 

He pasado las últimas dos semanas jugando y mucho a la "nueva" entrega de esta franquicia japonesa, para poder realizar el análisis que ya podéis leer en esta misma casa. Y no puedo decir que Yakuza 5 sea un mal juego, ni muchísimo menos, pero sí que puedo garantizar que su impacto no es el mismo hoy en día que el que nos podría haber provocado hace tres años. La obra tiene muy buenas ideas, y sin duda aporta esas "nuevas salsas" al concepto de mundo abierto japonés, tan diferente del que podemos encontrar en los occidentales. Pero esas novedades ya no aportan demasiado. Ya no nos hacen saltar de la silla y sorprendernos. Porque ya hemos sido testigos de muchas obras que aportan características parecidas y las superan. 

 

Es una pena porque no es culpa del propio Yakuza 5, por supuesto, sino del propio tiempo. Pero al final, nosotros, nos quedamos con una obra que podía haber sido inmensamente disfrutable en su momento (con sus cosas buenas y sus otras cosas menos buenas) pero que hubiesen funcionado muy bien en 2012, descubriendo que nuestra PS3 todavía tenía muchas sorpresas en su interior y demostrando que era capaz de ofrecer productos tan inmensamente ambiciosos. 

 

Pero al final nos quedamos con un producto demasiado destinado a los fans de la franquicia, que serán los que sepan disfrutar de la historia que se nos narra en total plenitud y los que disfrutarán de ese plato, ya conocido, pero que satisface su paladar de forma exquisita. Para el resto, quizás, ha llegado demasiado tarde. Ya tenemos nuevos platos que elegir y puede que se nos haga cuesta arriba una propuesta como Yakuza 5, que implica muchas condiciones para ser disfrutado al máximo y que, además, llega en un momento en el que sus nuevos ingredientes llevan tiempo asentados y superados por otros ricos manjares.  

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