CD Projekt Red ha conseguido ser el centro de la diana tras el polémico lanzamiento de Cyberpunk 2077 por los motivos menos deseados: aquellos que apuntan de lleno a su falta de honestidad cuando hablaron del rendimiento del juego, los problemas técnicos y bugs que están acosando todas las versiones, en mayor medida en PS4 y Xbox One con una versión que resulta un absoluto despropósito. Pero no quiero centrarme en eso hoy, sino en la manera en que estos problemas van a ser (supuestamente) solucionados por el estudio, algo que ya se ha asentado en nuestra industria: a través de actualizaciones. Pero, ¿qué pasa con los jugadores que no pueden o no quieren instalar estos parches? ¿Cómo viven este tipo de lanzamientos?
Nosotros mismos, como consumidores, hemos asimilado este hecho. Damos por sentado que el juego va a tener alguna actualización en nuestra consola o PC el primer día que lo compremos y que será normal encontrarse con posteriores parches. Pero hay usuarios que no disponen de una conexión a internet decente o que por el motivo que sea, tienen que desechar este tipo de actualizaciones. Nuestra patrona Neryko tuvo la amabilidad de contarme su experiencia, pues es una de las muchas personas que debe convivir con los videojuegos tal y como han llegado a las tiendas el primer día por la imposibilidad de descargar los parches por su mala conexión a internet. En concreto, Neryko me cuenta que cuando se mudó a una casa mejor se encontró con una calidad de internet pésima que le impidió realizar con normalidad este tipo de descargas:
Curiosamente, hace unos días, yo mismo tuve que instalar (además del parche del primer día) una actualización de unos 16 GB en Cyberpunk 2077, que mejoró bastante el rendimiento general. Algo que usuarios como Neryko no podrían hacer (o conllevaría un sacrificio extra de sus datos móviles, por ejemplo). ¿Cómo afecta esto a su experiencia con los juegos? ¿Nada de juegos multijugador?
¿Y qué pasa con los juegos que obligan a tener el internet conectado? También quise saber cómo es la experiencia con estos títulos y con los que obligan a instalar el juego a través de internet a pesar de llegar en formato físico.
No sé si hemos normalizado demasiado que todos podamos tener acceso a internet (y a una buena conexión) en todo momento cuando jugamos a videojuegos, pero lo cierto es que al menos lo estamos convirtiendo en una necesidad básica e imprescindible. Ya no solo con el tema de las actualizaciones y los parches que, en el caso de juegos recientes como Cyberpunk 2077, resultan imprescindibles para disfrutar plenamente de la experiencia, sino también para poder jugar directamente con aquellos que no incluyen todo el contenido en el disco. Ojalá no olvidemos como consumidores a estos usuarios, al igual que espero que las compañías y estudios de desarrollo comprendan que no todo vale el primer día aunque tengan previsto ciertos arreglos a través de parches.