¿Volver o no volver a Destiny?
Creo que tras varias partidas, he terminado de sacarle todo el jugo que quería sacarle a Dark Souls III. Y con Hyper Light Drifter como juego que me pongo en mis horas muertas y Rainbow Six Siege para jugar con mis amigos un par de veces a la semana, tengo hueco para algo grande de nuevo en mi agenda. Como Bungie lanzó un actualización el pasado mes de abril para Destiny, me ha dado por pensar que quizá es un buen momento para volver, pero para mi sorpresa, me ha dado una pereza enorme.
Tras darle unas cuantas vueltas al asunto, creo que me he topado con un problema que, si no he entendido mal por lo que he leído en varios sitios, es habitual en los jugadores de MMO: el miedo a haberse quedado atrás y a necesitar recuperar el tiempo perdido. Destiny no es un MMO, pero sí exige una labor de equipo y de comunidad para sentirse completamente dentro y poder hacer las mejores actividades, que en esta nueva actualización vienen a estar dentro del Presidio de los Ancianos, donde no siempre hay matchmaking.
Efectivamente, ese es mi problema. Al margen de haberme quedado ya un poco atrás por no haber saltado de nuevo a jugar cuando se lanzó la actualización, no quiero tener que recuperar el tiempo perdido y luego ver que, una vez recuperado, puedo volver a quedarme atrás en el juego si no sigo empleando un valioso tiempo. Ya entregué muchas horas a farmear niveles y tratar de llegar a un nivel máximo que, ahora, es completamente inútil. Sé que en apenas un par de horas, podría superar ese nivel 320 de luz que hace no mucho parecía inalcanzable. Y no, no quiero sustituir esa cifra por la nueva de 335 que han puesto como máximo.
Esa una suerte que no todo los jugadores sientan esta ansiedad ante la idea de no estar a la altura de sus contrincantes, pero es como yo me siento y es el principal motivo por el que no quiero ni meter el disco de Destiny en la consola, porque sé que lo mismo volvería a engancharme y a caer en un bucle de coleccionar armas, de subir mis favoritas al nuevo máximo y de jugar hasta altas horas de madrugada por ver si me cae más equipo del Estandarte de Hierro.
Es la primera vez que me encuentro con este obstáculo, más mental y anímico por mi parte que del juego en sí, a la hora de plantearme si juego a algo o no. Y ahora entiendo un poco mejor por qué Bungie y otros estudios se empeñan en facilitar el acceso rápido y satisfactorio de nuevos jugadores tanto como el regreso de los que lo dejaron: para evitar que ocurra esto, para que reengancharse sea tan sencillo que no te das ni cuenta. Que con solo meter el juego e invertir una hora entres de nuevo en el ciclo sin fin.
No sé cómo lo veis vosotros, pero me temo que hasta la siguiente entrega o gran expansión no me plantearé volver a tocar Destiny. Si tengo que afrontar este problema, prefiero hacerlo cuando el juego haya crecido lo suficiente para que no me importe hacerlo. Porque esa es otra de las grandes pegas: pese a haber algo nuevo en el juego, no es ni mucho menos algo grande ni totalmente nuevo, es una reinterpretación de un modo que ya he jugado a tope en el pasado. Aunque antes pensara de otra forma, ahora no le veo sentido del todo a repetir una y otra vez algo que ya he jugado.
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