Viva el PvP de Destiny

Puedo prometer y prometo que hoy es el último día que escribo algo relacionado con Destiny. Como en esta casa no he hecho análisis, lo he tenido que explotar hasta quedarme sin ideas. Hoy le toca el turno al PvP, que no sé si sabéis que está completametne separado del resto del juego y funciona como un modo competitivo estándar de un FPS de toda la vida. Vamos, como su hermano Call of Duty, con quien pretendo compararlo mucho.

 

El Crisol es bastante sencilo: solo hay cuatro modos: dos son una especie de deathmatch, otro es de capturar la bandera y otro es de objetivos. No es lo suficientemente completo como para mantenernos enganchados de manera natural, pero eso lo consigue 'artificialmente': con puntos de crisol, que sirven para comprar armaduras y armas legendarias; y porque la manera en la que se juega es muy divertida.

 

Destiny es un shooter muy normal en cuanto a jugabilidad, pero es tremendamente dinámico y saltar, disparar en el aire, tirar un cuchillo o usar la habildiad especial se hace todo muy naturalmente, sale solo y te acostumbras my rápido a encadenar las cosas muy rápido. Esto, en el multijugador, se traduce en una acción frenética más propia de Call of Duty. Y traigo este ejemplo porque el nuevo Call of Duty, precisamente, tiene todo esto.

 

Destiny funciona muy bien como anticipo del nuevo COD con armaduras especiales, ataques más rápidos y saltos que permiten maniobrar en el aire. Y no sé ahora si es una táctica de Activision para que los jugadores lo vayamos viendo antes de tiempo o una casualidad. Sea como fuere, bienvenido sea. Matar enemigos en Destiny con una habilidad especial siempre me hace celebrarlo a lo Rafa Nadal, y eso no me pasa con el COD desde hace mucho.

 

También es verdad que juego al PvP porque sirve para 'la campaña' del juego, porque necesito esos ricos pero escasos puntos de Crisol, pero esto es también una idea brillante, sobre todo comparado con el farmeo loco que hay que llevar a cabo para conseguir el otro tipo de punto del juego, los de vanguardia, que exigen repetir mil veces las mismas misiones una y otra vez. En fin, viva el Crisol.

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