Vampiros: Los grandes olvidados del videojuego actual

En videojuegos hemos tenido representaciones jugables de cualquier cosa imaginable, pasando por zombies, manchas de pintura, serpientes, erizos azules, gatos random, seres fantásticos y una sartá de empleos de ensueño que no acabaríamos ni mañana. Me duele ver con la tecnología que tenemos en la actualidad como no se aprovecha el mito del vampiro para traernos un videojuego a la altura de sus circunstancias.

La existencia del vampiro es amplia, y si bien es cierto que Twilight y sucedáneos no han ayudado en absoluto a la elegante leyenda, también es cierto que llevar ese uso desde una visión clásica y pulcra como la de Bram Stoker puede antojar a poco, pero ahora que ando releyendo el imperdible Lestat El Vampiro de Anne Rice me preguntaba cómo podía ser que una criatura tan interesante a niveles jugables estuviese tan olvidada en todos los sentidos e historia de nuestro ocio.

Más allá del sacrosanto Castlevania y el excelso Drácula japonés que se sacaron de la manga con la siempre querida voz de Norio Wakamoto (o su homónimo inglés, Michael Gough, con su icónico 'what is a men!'), tenemos aventuras en las que los vampiros suelen ser el enemigo a batir y en el que los personajes son insípidas representaciones de las series y franquicias en las que se basan. ¿Recordáis los Drácula de 16 bits basados en la película de Francis Ford Coppola? Auténticas pantomimas que no llevaban a ninguna parte: tonterías jugables que no divertían y que no estaban a su altura.

Rescatar ese encanto indudable impreso por Anne Rice debería ser capital para encontrar una representación digna a día de hoy en un videojuego con vampiros de fondo. El concepto de la noche, la batalla contra la luz del sol, la diplomacia y el castigo que supone su alimentación son un escenario envidiable. Acompañados de una jugabilidad que pueda asemejarse a la vista por un Assassin's Creed o similar podría ser un auténtico triunfo. Ya no digo si metemos las facultades de Vampiro: La Mascarada de por medio: entonces sí que podríamos estar ante una auténtica locura.

White Wolf, creadores del juego de rol, supo componer una filosofía vampírica imprescindible, con unas organizaciones encargadas de velar por el secreto de su mera existencia y distintos grupos y seres de leyenda enfrascados en una guerra eterna conocida como la Yihad. Bajo esa presentación existe World of Darkness, del que Alejandro Pascual nos habló hace unos días tras conocer nuevos detalles en la Fan Fest que organizaron sus desarrollores en Islandia. No obstante, es un MMO (aunque según nos cuenta Alex, bastante peculiar y mágico), pero hablo más de una jugabilidad con exploración y acción con toques de rol que a un MMO propiamente dicho, que también podría resultar espectacular, pero para otro público, claro.

El popular juego de rol de White Wolf ha tenido dos entregas en forma de videojuego: la primera fue Redemption y la segunda BloodLines, dos títulos que más allá de en qué están basado no tienen nada que ver entre sí. Uno es un juego de rol, el otro es un shooter con toques roleros. Ambos buenos juegos, pero la tecnología actual podría dar pie a una criatura que sin duda podría hacer una grandísima experiencia si consiguen plasmar toda su filosofía y poderes en un desarrollo interesante. De momento mi pensamiento queda en mero fantaseo gratuito, pero viendo la cantidad de cosas raras que hemos podido conocer en sandboxes y otros géneros no entiendo cómo puede ser que los chupa-sangres estén tan descuidados.