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Street Fighter V, recuerdos de la era Alpha

I love Capcom
Por Adrián Suárez Mouriño

Street Fighter V me tiene muy hypeado. Estéticamente podría intuirse como muy cercano al IV, pero me alegra percibir, cuanto más leo y veo de él (que viene siendo siempre lo mismo puesto que tampoco hay mucho que ver) que se acerca más al III y al Alpha. Es normal que si no has seguido la saga de principio de fin te puedan parecer juegos similares, pero hay que entender que un ligero cambio en las posibilidades jugables acaba trastocando todo el juego. Por ejemplo, los Street Fighter Alpha son juegos tremendamente ofensivos, que invitan a saltar (la única serie de la saga en la que no es un suicidio hacerlo) por permitir realizar bloqueos en el aire. Esa supuesta tontería alteró de manera absoluta la manera de entender a Street Fighter. Al retirarlo en el IV, por ejemplo, los hadoukens y las maneras de entrarle al rival se modificaron, había que buscar nuevas estrategias, y así, Street Fighter IV consiguió entenderse de una manera absolutamente distinta al resto de juegos de la serie.

 

 

De esto podemos hacer dos lecturas: que la jugabilidad de un fighting es tan rica que cualquier mínimo cambia se traduce en un juego totalmente nuevo, sí, pero también que Capcom puede sacar infinitos Street Fighter solo añadiendo una u otra opción; y seguro que son muy conscientes de esto último.

 

De Street Fighter V me gusta la nueva y mayor presencia de los ataques en el aire, de los juggle. Tal como se han presentado, parecen aportarle un mayor dinamismo a los combates pero sin volverse locos, como en un Marvel vs Capcom 3, que más que combatir parecía que estábamos jugando un videoclip interactivo (apreciación personal, o me matéis pero no aguanto este tipo de juegos de lucha). Estos ataques se suman a esas entradillas de Chun-Li por el suelo. Me gusta que se añadan nuevas maneras, más fáciles de ejecutar, de asaltar a los pesados que no paran de vomitar kames todo el día. También tenemos la ruptura de la guarda, para impedir los tortugueos y, de nuevo, favorecer un juego más ofensivo, más hacia adelante y menos hacia atrás.

 

Street Fighter V, por todo ello, me sabe como un Street Fighter Alpha 3 pasado por le filtro del cuarto, más moderado que aquel y con la importancia de la técnica del último. Y con Charlie. Qué ganas tengo de que recuperen más personajes del Alpha.


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