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Sexismo II: Sexo, Mentiras y Blu-rays de Videojuegos

En un Mundo... Gamer
Por Rafa del Río

Ayer rompía una lanza a favor del 'keep calm' y de relajar los términos en los varios frentes que se han abierto en una guerra absurda que se disfraza de 'buena batalla'. Hoy me toca tratar el tema de lleno y dejar de escurrir el bulto. Los proyectos 'de concienciación' post kickstarter de Anita Sarkeesian, las burradas mediáticas de Patricia Hernández en Kotaku o las salidas de tono de Leigh Alexander han puesto de moda, y mucho, el tema del sexismo en los videojuegos. Desde Mario Bross hasta El Jefe Maestro, desde Pac Man a SpiderMan, ningún legendario héroe de los videojuegos se ve libre de la acusación de machismo que pende como una guadaña sobre la industria

 

200.000 pavos por un puto croma... Fuck, Yeah!

 

¿Existe el sexismo en el mundo de los videojuegos?

La respuesta rapida debería ser sí, por supuesto que sí y nada más que sí. Hay tipos cachas con armas enormes, chicas en sujetador, testosterona a golpe de gatillo fácil y otro buen puñado de topicazos que, ireemediablemente, se indentifican de forma automática con el viejo himno de 'ser un tío'. Por otro lado, en este tipo de juegos el papel de la mujer, tal y como define la señorita Sarkeesian, tiende a ser el de la damisela en apuros, el de mujer florero y el de pitufina: único personaje femenino en un universo de hombres.

 

Lamentablemente, las respuestas rápidas nunca son una buena opción. ¿Se reduce todo el catálogo de videojuegos a los shooters con chicas en bikini? ¿Qué pasa con Fez, Walking Dead, Final Fantasy, Skyrim y el resto de miles de juegos que huyen de la diferencia de géneros en su planteamiento? ¿Fue Tetris un título falocrático por su temática basada en rellenar huecos para conseguir puntos y ver al ruso bailando entre fuegos artificiales, clara metáfora visual del coito satisfecho? ¿Tuvo tanto éxito entre el público femenino Pang por su jugabilidad basada en romper las pelotas que oprimían a los protagonistas en un mundo que los asfixiaba y no les dejaba ser ellos mismos? ¿Consideraba Toru Iwatari que las mujeres sólo podían adorar un videojuego si este consistía en comer y por eso creó PacMan, 'un juego para mujeres'? 

 

¿Y por qué nadie habla del uso de la imagen masculina como objeto?

 

Cupcakes y Bocatas de Carne.

El sexismo es un tema complicado. Lo digo en serio, es un tema muy jodido porque es una de esas situaciones en las que, adoptes la postura que adoptes, ésta siempre será errónea. Pongamos por ejemplo los videojuegos 'dirigidos a los hombres': te plantan a un prota mazado con problemas para pensar sin mover los labios y tres chicas en bikini de fondo. Es el arquetipo del juego 'másculino', la versión digital de 'las revistas para caballeros', y en ambos casos son productos que pierden su interés en cuanto cumples los 18 o tocas tu primer culete. A cualquiera con dos dedos de frente se la pela lo mucho que se le muevan los senos a las chicas del FightingVS. de moda y esperan a que salga un título que sí llame su atención. No deja de sorprenderme que algunas compañías sigan insistiendo en lo mismo, pero eh, allá cada uno con sus ventas.

 

En el caso contrario la cosa cambia, y como muestra un botón: Llevo veinte minutos sentado ante la pantalla y no sé cómo continuar éste párrafo sin cagarla. Quiero hablar de la que le ha caído a Sony por sacar su Vita Rosa 'para las chicas', de la que le cayó en su momento a la Pratchett por su Lara Croft 'mujer liberada con complejo de bola de pinball', de cómo Nintendo y Square Enix evitan mencionar en sus productos la palabra 'mujer' o 'target femenino'... O de la que le calló a un compañero por decir hace un tiempo que los SIMs eran, mayoritariamente, un juego para chicas. No sé cómo escribirlo, así que lo dejaré así, aunque fijo que a la Sarkeesian le daría juego para mentarme durante horas a mis progenitores.

 

¿En serio es DMC un juego para hombres? A mí esta imagen no me dijo nada.

 

Mencionar cosas como 'para chicas' o 'para chicos' en ciertos círculos antifalocráticos es el equivalente dialéctico a estar descalzo en medio del páramo con los pies metidos en un cubo lleno de agua durante una tormenta eléctrica y con un capirote de papel de plata en la cabeza. Hablar de target por géneros es hablar de prejuicios, o eso se nos dice mientras, a la vez, se nos indica que la industria es sexista porque no piensa en la mujer como público. ¿Tiene esto sentido?

 

Nunca he entendido esa diferencia entre 'para chicos' y 'para chicas', ese shonen/shojo -al que le meta una u en medio le doy- del manga que en España nunca tuvo mucho sentido. Desde pequeño he mamado de ambos target sin sentirme raro, he disfrutado tanto de Goku como de Marmalade Boy, o tanto de Risen como de Venetica, si lo preferís en código videojuego. Tengo amigas que adoran los juegos que según las feministas denigran a la mujer, títulos como Dead or Alive, Onechembara, Bayonetta o Lollipop Chainsaw. No hay más que mirar por la red para ver la cantidad de chicas que juegan videojuegos de todo tipo, y la cantidad de chicos que hacen lo mismo.

A la hora de la verdad, la diferencia de target no es más que un apéndice del informe de estrategia comercial de la compañía que nos clavará los 70 pavos en cuanto salga a la venta. Entonces...

 

Otro sex-symbol del videojuego: Yo en Saint's Row IV. Lo sé, lo sé...
 

 

...¿Cuál es el problema? 

¿Que no hay personajes femeninos 'dignos'? ¿Que el papel de la mujer en los videojuegos es superficial? ¿Y qué pasa con Lara, Aya Brea, Lenne, Ellie, los personajes femeninos de Bethesda o la muchacha de Beyond? ¿No son mujeres liberadas porque a la Sarke-e-e-sian no se lo parecen? ¿Sería más feminista Lara Croft si llevara el pelo recogido, una camisa de leñador disñeñada por Willie Woonka y se metiera con Mario Bross en plan despectiva? Pamplinas. Os voy a contar un secreto, os voy a explicar por qué no soporto todo este rollo del sexismo: Me toca los huevos que tras generaciones obligando a la mujer a cumplir un rol preestablecido por la sociedad, lleguen ahora la Sarkeesian y compañía a volver a imponerle a las féminas cómo deben vivir su vida

Me cabrea. 

Porque la cosa no es para tomársela a coña y reducirla a un simple 'follow the leader'. No es justo que una mujer cobre menos por su trabajo que un hombre. No es justo que una chica no pueda caminar tranquilamente por la calle sin que un imbécil se crea la última coca cola del desierto y le amargue la vuelta a casa. No es justo que una chica no pueda vestirse como le dé la real gana, ni que el mero hecho de ponerse una minifalda la convierta en víctima de miradas, comentarios y actos que todos sabemos que están totalmente fuera de lugar. No es justo que te la líen en una rotonda sólo por ser chica, que se considere que en el matrimonio la voz cantante ha de ser de barítono, ni tantas y tantas cosas en las que, desgraciadamente, el hecho de ser mujer se equipara directamente a salir tarde y en desventaja en una carrera cuya meta está a años luz.

 

El mundo es injusto para las mujeres en muchos sentidos -ojo, también pasa a veces al revés-, y hay tipos a los que habría que conectarles unos electrodos en los huevos, grabarlos en vídeo 'bailando' y luego subirlo al youtube -idem-. Sin embargo, la forma de cambiar la situación y hacer de éste un mundo mejor NO es alimentando el odio entre géneros y atacando al bando contrario en una guerra cuyos frentes no son 'hombres' contra 'mujeres', sino 'personas' contra 'gentuza'.

 

Y ahora nos volvemos locos

Hablaba de las burradas de Patricia Hernández en Kotaku. Burradas que a lo único que ayudan es a conseguir lecturas para su medio y cargar aún más el ambiente. La más bestia que jamás he leído, o al menos la que peor me ha hecho sentir, se publicó hace más de un año pero todavía sigue coleando por foros y tweets. Me refiero a un 'artículo' en el que la señorita Hernández equiparaba el matar a un personaje femenino en un juego online con violar a una mujer. Tenéis la imagen abajo.

 

 

Me molesta la libertad y alegría con el que mi compañera de profesión usa el término 'violación', un término que está presente en muchos de sus escritos equiparándose a cosas como ser atacado en un juego o que te roben el equipo en un mmorpg. No hay que alimentar odios ni atacar a nadie, pero una parte oscura y retorcida de mí -esa parte que podría caminar por un sacacorchos caminando de frente- hierve ante semejante estupidez y falta de respeto hacia las víctimas de un acto horrible que debería haber desaparecido de la sociedad dese hace eones, o mejor, no haber ocurrido nunca. 

 

Y entonces, ¿qué?

No voy a entrar en que según el texto de Patricia la violación es algo que no le puede ocurrir a un hombre. Tampoco voy a entrar en que si la otra activista, la señorita Sarkeesian, quiere cambiar la situación, podría usar los casi 200.000$ que le sobraron de su kickstarter e invertirlos con ese fin. No voy a decir nada de las múltiples idioteces que se publican a diario a cambio de unas pesetillas, ni tampoco voy a darle a nadie la fórmula del condensador de fluzo ni la respuesta a todo, que si os interesa es 42.

 

Quería machacar a la Sarkeesian por decir que el papel de damisela en apuros de la mujer es denigrante mientras ella misma convierte a la mujer en un objetivo despersonalizado, en una damisela en apuros a la que ella defiende a través de sus vídeos. Quería defender el medio comparándolo con la situación mucho más alarmante que vive el cine, la literatura y la televisión. Quería explicar que la creación es libre, y que es el momento de que las desarrolladoras femeninas dejen de perder el tiempo liándola por la red, haciéndose selfies para los fans de twitter y cargtando las tintas en sus blogs, y nos enseñen de una jodida vez cómo debe ser un juego no sexista. Quería decir que basta de masificar al público y dejar que sea la mujer como individuo y no como masa quien decida qué, cómo y cuándo disfrutarlo.

Quería...

Joder, quería escribir muchas cosas para demostrar que tengo razón y ellas no, chincha rabiña.

 

No todo iban a ser chicos guapos... (Mira, @Danterut, una foto distinta del Pescaito Felipe)

 

Pero no lo voy a hacer. Estoy cansado de ser parte de un bando en esta batalla sólo por mear de pie, así que voy a enarbolar una bandera blanca, ¡por mí primero y por todos mis compañeros! Lo único que quiero hacer es enviar un mensaje a todas las chicas con las que he coincidido a lo largo de mi vida: Gracias por el tiempo que hábeis compartido conmigo. Ya sea en clases o en el parque, a través de un juego on line, sentados leyendo cómics, escuchándome o insultándome en una conferencia. Discutiendo de filosofía, viniendo a conocer a tu sobri, poniéndome un café largo con hielo, dos de azúcar y una rodaja de limón o tal vez un Jackie de la estantería de arriba, escuchando mis traumas por teléfono, engañándome con mi mejor amigo, besándome mientras dormía o diciéndome que, lamentablemente, no podíamos seguir. Dándome clases, riéndo una gracia, cagándote en mis muertos, partiéndome el pómulo sin querer, jugando al billar o al Street Fighter, leyéndome, criticándome, publicándome, odiándome, colocándome un hueso en su sitio o cosiéndome la mano, perdonándome, olvidándome, queriéndome...  Y, por supuesto dándome a luz, casándote conmigo o llamándome papá

 

Gracias, porque ya bastante jodida está la cosa como para encima tener que aguantar a todas esas gurús que os señalan el camino a la tierra prometida del cómo debéis ser en el evangelio según Sarkeesian. Llamadme libertario, pero My Fair Lady va más de la opresión que del amor. Y no puedo menos que terminar el artículo mencionando a Isabel Cano y su equipo -Eva Cid, Laura, Alicia, Marina, Sandra, Laura Pulido, Fu, Jenn, Mara y Pazpor esa fantástica manera de mandarlo todo a la mierda y demostrar quiénes son en su publicación True Gamer Girls. Directo y sin tonterías. Gracias también a vosotras, que hoy estoy de un agradecido que sangro arcoiris de colores.

 

¡Nos leemos!


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