Esta semana se publicaba en la PS Store la demo de final Fantasy VII Remake. Una breve sección del primer capítulo que toma los inicios del juego original y el reactor Nº1 de Mako para rascar la morriña de todos los que tuvimos la suerte de jugar a Final Fantasy VII hace años en la primera Playstation. Un aspecto visual impecable, nuevo sistema de combate y la sensación de volver a estar entre amigos son los puntos fuertes de una demo que deberías probar ya si tienes PS4, pues ni siquiera necesita que pagues PS Plus.
Qué bien entra FFXV
A pesar de haberme encantado, la demo de FFVII Remake me ha dejado con algunas, dudas, como os comentaba hace un par de días. Es por eso que quería volver a Final Fantasy XV para hacer comparaciones, y las tareas semanales de Microsoft Rewards lo han convertido en casi una obligación. Aprovechando que lo tenía descargado gracias a Xbox Game Pass con todos los contenidos de pago incluidos me he decidido a volver tras dejarlo cerca del final en PS4, y bueno... ¡Qué bien entra FFXV tras la demo de FFVII Remake!
Volver a Final Fantasy XV un poco más de tres años después, sin Zelda Breath of the Wild en el horizonte y con la sensación de FFVII Remake aún fresca en los dedos es una gozada. Es una gozada porque ya sabes lo que vas a encontrar y lo que no, y eso hace que disfrutes todo lo bueno sin desencantarte por sus ausencias o carencias. FFXV sigue luciendo igual o mejor que el primer día, y aunque no llega ni de lejos al aspecto gráfico de Final Fantasy VII Remake, lo supera en muchos campos, especialmente en la agilidad de los personajes y las posibilidades del Lux de Noctis.
Las comparaciones son odiosas
Y por eso no voy a comparar dos juegos tan diferente en desarrollo y enfoque como FFVII y FFXV. Baste decir que la forma que tiene Nomura de desarrollar su historia en Final Fantasy XV vuelve a funcionar de lujo tras el concepto más directo, más guiado de las aventuras de Cloud en Midgar. El concepto de vivir la historia a nuestro ritmo en esta road movie hecha videojuego entra muy bien gracias al acento que pone en la relación entre los personajes, las posibilidades del camino y unas rutinas y mecánicas que son herramientas en manos del jugador para que sea éste quién decida cuándo, cómo y porqué.
Con esta forma de pensar tan distinta a lo acostumbrado en la saga, encontramos ótro aliciente que hace que FFXV entre genial tras la demo de FFVII Remake: la agilidad de los personajes, concretamente de Noctis, que nos permite explorar a fondo el escenario usando Lux y saltando para alcanzar zonas inaccesibles en busca de recursos, cofres y enemigos. Y todo esto sin hablar de la historia, que a pesar de sus altibajos sigue teniendo momentos de gran calidad. Si queréis un consejo, desempolvad vuestra copia de FFXV o descargarlo en Xbox Game Pass y volved a él. Es la mejor forma que se me ocurre de dejar pasar el tiempo para quienes estáis esperando FFVII Remake como agua de mayo, y también para los que aún no lo tenemos tan claro.
¡Nos leemos!