1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. X360

¿Por qué lo llaman Destiny cuando quieren decir `Jalo´?

Lo bello y lo triste de Bungie y Acvtivision
Por Rafa del Río

Comencé a jugar -por fín- a Destiny el viernes. En tres días he invertido más de diecisiete horas de mi descanso de fin de semana en visitar los parajes de Bungie, ese futuro post invasión alienígena -creo- en el que la cosa se ha reducido a una cuestión de tiros y bailar en la torre como si fuera Pitbull. Tengo un nivel 13 recién alcanzado y aún me queda mucho, mucho por ver, sin embargo ya tengo una conclusión clara que quiero compartir con el mundo. 

 

Estoy jugando a Halo. 

Y no, no hablo de esos inventos coloristas de 343 Industries. No. Hablo un Halo de verdad, de los buenos, de esos que hacía Bungie cuando todavía estaba saliendo con Microsoft y se iba al parque con Don Mattrick de la manita a darle de comer a los patos y darse besitos en ese breve lapso de oscuridad que hay entre el anochecer y el momento en que se encienden las farolas. Hay momentos en los que sólo las gráficas y la imposibilidad de arrebatarle las armas a los enemigos me recuerdan que estoy jugando a Destiny, porque sólo falta Cortana para que la toma del templo lunar me recuerde a los vastos sótanos de Combat Evolved. La llegada de las naves enemigas es un canto nostálgico a Halo 2, y el sentimiento de vacío que te embarga cuando exploras un escenario por primera vez bebe de las bondades que tuvo en su momento Halo ODST: Tiros de francotirador de lejos, emboscadas a traición con todos los medios a tu alcance y esa extraña sensación de 'soy un mierda y tengo que andarme con pies de plomo' que va desapareciendo poco a poco mientras juegas... Hasta que llegas a un nuevo planeta. 

 

Estoy jugando a Destiny, sí, pero me siento como si estuviera jugando a un Halo de los antiguos, y me gusta porque es como ponerme unas viejas zapatillas tremendamente cómodas pero que a la vez están limpias y no tienen agujeros. Oh, sí, está todo ese rollo del equipamento en la pantalla de opciones, puedes configurar tu equipo, hay mil pijaditas y el rollo épico caballeresco ha avanzado mucho respecto de los viejos títulos de Bungie, vale. Y sin embargo, los escuadrones enemigos siguen ahí, con otro aspecto, pero iguales al fin y al cabo: Tenemos a los enanos cabezones en forma de Escoria y Lacayos, y los Acólitos y los Vándalos de sargentillos. Y también están los capitanes, los caballeros y las magas en forma de tipos duros a los que hay que ventilarse de lejos con un buen tiro en la cabeza con tu rifle de francotirador favorito o con un buen lanzamisiles cargadito. Y no me hagáis hablar de esos dos ejércitos enemigos en guerra, uno tecnológico y el otro más... orgánico. ¿No os suena? 

 

Hay más enemigos, por supuesto, y puedes invocar vehículos, y tienes a Tyrion en modo Furby volando a tu alrededor y contándote su puñetera vida, y puedes jugar con los vecinos a la pelota en la torre... Pero a la hora de la verdad la jugabilidad de Destiny es tan parecida a esos primeros Halo que es fácil confundir conceptos. 

 

 

Con todo lo bueno y todo lo malo que eso implica

Porque está claro que Destiny no está gustando a todos por igual, y es fácil entender por qué: Es un producto nuevo, y ya sabéis... Lo nuevo necesita amigos. Desde el principio Pete Parsons, el jefazo de Bungie que nunca vió tanto dinero como el que Kottick mencionaba, dejó claro que Destiny iba a ser completamente on line, pero no iba a ser un juego masivo multiplayer online, o un MMOShooter, si lo preferís. Parsons habló de un shooter en mundo abierto compartido -Shared Open World Shooter-, y desde luego hay que reconocer que eso es lo que han puesto a la venta, con sus puntos buenos... Y sus puntos malos.

 

Hay gente que protesta de que no es un MMOS, aunque Bungie ya habia advertido que no lo era, y también hay quien hecha en falta ese concepto de exploración abierta que nos hizo soñar con la experiencia íntima y personal de un Fallout. Y el caso es que Destiny 'falla' tanto en lo uno como en lo otro, lo que no deja de ser normal, y a cambio nos ofrece una mezcla que, si te enfrentas a ella con la mente abierta, es francamente divertida.

 

Destiny es entretenimiento al 100% 

Lo que no deja de ser raro tratándose de Bungie. Tienes esos primeros acercamientos a un escenario en los que caminas agachado -sin hacer teabags, que os veo venir-, sigiloso, buscando cualquier cosa que pueda ayudarte a mejorar tu armadura, tus armas y tu personaje, y tratando de buscar el head shot perfecto mientras la música y la espectacular ambientación hacen mella en ti. Respiras entrecortadamente cada vez que giras una esquina con la atención dividida entre la búsqueda de suministros, la belleza el entorno y ese rádar puñetero a lo a lo Alien o Space Hulk que mola bastante. Al poco tiempo ya has pegado tus primeros tiros, sigues vivo y por ahí hay alguien pululando y luchando la buena batalla. Puede que te unas a esa persona o puede que prefieras jugar sólo, pero saber que hay alguien más por ahí es agradable, sobre todo cuando no te ves obligado a luchar mano a mano con él -o a correr como perras por las escasas recompensas que sueltan los enemigos abatidos-. 

 

El escenario da lugar a otro, y cuando quieres darte cuenta eres un veterano, has pasado tiempo en la patrulla dedicándote a subir de nivel en las facciones, puede que hayas encontrado uno o dos cofres dorados y ya tienes piezas interesantes en tu equipamento. Conoces el escenario al dedillo, y llega el momento, ahora sí, de colaborar en el asalto a la base de un planeta, un online épico que te obliga a colaborar y que te descubre que hay gente muy decente pululando por Destiny. Gente con la que da gusto jugar.

 

El asalto termina, vuelves a la Torre, y sientes que algo ha cambiado, ahora estás dispuesto a subirte a la barandilla del hangar y bailar dándolo todo para el público. Entonces dos usuarios se apuntan y os montáis un flashmob improvisado al que al final se une hasta ese tipo introspectivo que disfruta sentándose en las plataformas de embarque. Juegas a la pelota, saludas, hablas con alguien... Has sobrevivido a la batalla, y ahora que has interactuado te apetece ir al Crisol y desfogarte junto a tu equipo con esos pobres ignorantes del bando contrario...

 

 

...¿De qué decías que iba Destiny?

Porque sí, Destiny es entretenimiento 100%, pero si buscas una historia envolvente que te haga sentir uno con la galaxia en esta odisea espacial, lo llevas claro. Y no, ojo, no digo que no haya una historia apasionane de fondo, que lo mismo la hay, lo que digo es que, sinceramente, yo no me he enterado de nada. Como diría mi compañero Dayo, hay una disonancia ludonarrativa tremenda entre lo que se nos intenta contar y el ver a la gente correteando y bailando por ahí. Es difícil concentrarse en la historia cuando todo lo que piensas es en coger la nave y ver Venus, y al final todo el escenario inventado por Bungie se convierete en una simple excusa para pegar tiros, explorar un poquito, pegar tiros, darte garbeos en moto, pegar tiros, conocer gente y... Pegar tiros.

 

Pero, ¡eh!, esto no tiene por qué ser necesariamente malo. Es más, casi me atrevería a decir que es una característica propia de los colegas de Bungie. ¿En serio alguien se enteró de qué iba la saga de Halo en los inicios? Joder, yo creía que el Jefe Maestro era el malo... eh... ¿el Inquisidor? Tardé en coscarme de que los Spartan eran los guerreros humanos con armaduras de alto presupuesto, y durante las primeras horas pensaba que Cortana era una voz que sólo yo escuchaba en mi cabeza. No dudo que hubiera quién se preocupara por saber de qué iba la historia, pero yo solía aprovechar para fumarme un cigarrito cuando los personajes se liaban a contarme su vida o la historia 'avanzaba'.

 

Es posible que sea por culpa de esa manía de Bungie de poner las misiones en bloque sin posibilidad de grabar en medio, pero cuando te has tirado 45 minutos luchando a brazo partidos con los... uh... tipo esos mecánicos y los otros, los frikis de Canción de Hielo y Fuego, lo único que te apetece es fumarte un piti, pegarle un trago a la energética o ir al baño, y no escuchar a Peter Dincklage o su homólogo español hablándote de no sé qué rollos de templos, espadas místicas y altares alienígenas. 

 

 

Resumiendo

Destiny es Halo, un gran Halo, o lo que debería haber sido Halo en su momento, y Halo lo sabe y para su quinta parte quiere ser un Destiny, con las mismas ropas y ese epíteto de Halo 5: Guardianes que da hasta risa floja.

 

Es posible que Destiny no se haya hecho con el favor de las críticas, pero a la vez se ha alzado con un favor tremendo de una gran parte del público. Entendiendo Destiny como lo que es, un primer paso en una gran saga, estamos hablando de un gran juego. Oh, sí, las puntuaciones no lo recogen así, pero es lo que suele pasar cuando alguien da un 'pequeño paso para el hombre pro un gran paso para la humanidad', y si no que se lo digan a Rockstar cuando era DMA. Eso por no hablar de que hay mucho gilipollas en el mundo de la prensa especializada con ganas de recibir visitas mancillando el curro de otros.

 

¿Mejoraría Destiny con una buena historia? Lo dudo, y viendo el resultado que obtuvo Elder's Scroll Online estoy convencido de tener razón. Destiny mola porque tienes momentos de soledad a la vez que pegas tiros a lo lobo solitario y con amigos, porque tiene una ambientación sólida, porque Bungie promete estar ahí avanzando y haciendo evolucionar el título y porque hay gente muy competente con la que compartir el juego. Para grandes historias mejor el juego off line, en el que no puedes bailar ni jugar a la pelota, y así no tenemos esa disonancia ludonarrativa tan puñetera de la que hablan los que tienen estudios. 

 

¡Nos vemos en La Torre!


<< Anterior Siguiente >>