Pokémon Go me hace sentir viejo
Debo confesar que me encanta Pokémon Go. Es más, creo que es el juego definitivo dentro de una saga que junta criaturas de bolsillo, la exploración del mundo y el combate contra otras personas. Todo esto lo tenemos de forma asombrosamente literal en este juego: el móvil va en el bolsillo, algo que jamás pasa con una consola; exploramos nuestra ciudad, no un mundo ficticio; y combatimos contra otras personas reales, no contra personajes inventados dentro de una historia con principio y fin. Es algo asombroso y bonito que, sin embargo, me hace sentir fatal.
No es porque haya cambiado de plataforma y porque se juege de otra manera. Me encanta cómo han adaptado la captura y los combates a smartphones sin terminar de simplificar el preceso a pesar de hacerlo más sencillo. El problema es que tengo que salir de casa para jugar y eso es un problema para avanzar al ritmo que me gustaría: es un juego de Pokémon, quiero ser el mejor, tener unas criaturas brutales; pero no tengo tiempo suficiente para estar horas y horas por ahí dando vueltas.
No es que se asocial ni tenga ansiedad para salir de casa: es que tengo un trabajo y unas responsabilidades que, aunque en general combino muy bien con jugar a los videojuegos, son incompatibles con irme por ahí de parranda durante horas para conseguir nuevas criaturas de mayor nivel. Seguro que muchos de vosotros tenéis este problema en casa con las consolas de siempre, porque tenéis hijos o trabajáis fuera mucas horas, pero para mí, esto es un first, y me hunde un poquito.
Donde muchos están viendo en Pokémon Go una razón para salir de casa y hacer algo diferente, algo que yo también veo; para mí, es una muestra de lo esclavizado que estoy a mi escritorio y mi rutina, que me impide salir a gastar una hora en hacer el idiota fuera. Normalmente, empleo esa hora dentro de casa jugando a un juego que sé que puedo dejar de lado si me surge algo que tengo que afrontar, ¿pero Pokémon Go? No es tan fácil.
También es cierto que quizá necesito cambiar el chip y simplemente adaptarme a la propuesta de Niantic. Quizá lo más sano es dejar de obsesionarme con querer tener mucho nivel y a todos los Pokémon y simplemente deba usar esta app como algo ocasional y casual cuando salga de casa en lugar de pensar en que no salgo de casa para jugarlo. Invertir un poco la idea que tengo anquilosada en mi mente de jugón y de currante de los videojuegos.
Quizá ahí esté otro lado de la magia de este juego que aún no hemos descubierto porque, bueno, para empezar ni se ha lanzado oficialmente; y tampoco es que esté muy completo de características y la gente simplemente esté alucinada por la novedad. La idea de salir a la calle para jugar acompañado que tenía Game Freak en mente con el Pokémo original se ha cumplido pasados muchos años, y a mí me cuesta aceptarla porque llevo mucho tiempo con otra fórmula en la cabeza. Pero esto no tiene por qué ser malo.
<< Anterior Siguiente >>