Phasmophobia, los cazafantasmas del siglo de internet

Las modas cambian y en internet la cosa no es diferente. Comenzamos el verano con el abrumador éxito de Fall Guys y lo terminamos escogiendo al traidor en Among Us. Ahora el otoño da comienzo con otro título que lo está petando entre youtubers, streamers y creadores de contenido: Phasmophobia, un título cooperativo multijugador donde tendremos que convertirnos en cazadores de actividad paranormal en busca de pruebas de la existencia de fantasmas en los lugares donde supuestamente se manifiestan. 

Phasmophobia es un título tosco, con problemas técnicos y de control, que no resuelve del todo bien el funcionamiento de sus objetos pero que resulta increíblemente divertido de jugar con amigos. Y quizás esa sea la clave para triunfar en internet: ofrecer un producto de carácter sencillo, que todos puedan comprender, con alguna temática atractiva y que implique la interacción total entre los jugadores para poder vencer. En este caso, algunos de sus planteamientos y maneras de enfocar las partidas resultan bastante originales. 

Para poder cazar al fantasma de cada nivel tendremos que comprar una suerte de artilugios que ya quisieran los cazafantasmas. Linternas, termómetros, cámaras de vídeo y de fotos, sensores de movimiento, cajas de espíritu, crucifijos... todos son necesarios para investigar en la casa o zona donde se presenta la actividad de un ser paranormal, y nuestra tarea como grupo será encontrar las pruebas suficientes para determinar qué tipo de fantasma es. Hay muchas variantes y todas ellas se comunican o dejan pruebas de diferente estilo, por eso debemos investigar y marcharnos del lugar antes de que las cosas se pongan feas y cuando hayamos sido capaces de reunir las evidencias suficientes. 

Lo que hace muy bien Phasmophobia es trasladar la comunicación por micrófono a través de su propio sistema (si jugáis, de hecho, no utilicéis herramientas externas como Discord) ya que escucharemos la voz de nuestros compañeros dependiendo de su proximidad dentro del juego o a través de la radio si estamos a suficiente distancia. Pero es que el fantasma en cuestión también nos puede escuchar hablar e incluso responde a su propio nombre: esto nos lleva a adentrarnos en algunas salas, colocar nuestro aparatejo y gritar su nombre para que se manifieste y obtener pruebas mientras las puertas se cierran de forma violenta, las luces se apagan e incluso perdemos la vida. Porque buena parte de los fantasmas valoran la tranquilidad y eso de que vayan a su casa a gritar no les gusta, así que nos matarán en cuanto tengan oportunidad. 

Phasmophobia tiene todos los elementos necesarios para ser un éxito en internet y así ha sido planteado. No es una obra que destaque en nada, pero funciona muy bien para reunir a un grupo de cuatro jugadores y que estos se rían a carcajada limpia mientras buscan las pruebas o pasan verdadero terror. Ojalá el gran éxito que está deparando el juego a Kinetic Games sirva para que subsanen los excesivos errores de todo tipo que pueblan la experiencia, pero es imposible no recomendarlo para un grupo de amigos que quieran pasar una buena tarde de risas. Y está a muy buen precio, así que echad un vistazo a algún vídeo o streaming y si os gusta podéis convertiros en cazafantasmas del siglo de internet o en locos que gritan desde su casa, que para el caso es lo mismo.