Parches es el único hombre bueno de los Souls. Verlo en Demon's Souls Remake tras Dark Souls III es magia
Lo que más estoy celebrando de Demon’s Souls es haberme reencontrado con Patches; con mi queridísimo Parches. Este personaje es mágico. Apareció por primera vez en la serie Armored Core, anterior a Demon’s Souls. Entonces ya era un tipejo rastrero, pero a través de este viaje por Boletaria, y los que luego nos llevaron a Lordran, Lothric y Yharnam, Parches se ha acabado convirtiendo en un personaje icónico, potente, con trasfondo, madurado y para amar.
El gran momentazo de Parches se produce en el último DLC de Dark Souls III. No voy a entrar en spoilers porque seguro que muchos estáis descubriendo los Souls ahora (qué buen momento para hacerlo, disfrutad). Pero es entonces cuando se quita la careta y nos revela su auténtica naturaleza. Hablo de ello en este artículo.
Parches no nació como nada más que un meme de Miyazaki, alguien capaz de trolear al jugador. Parches es un saqueador de tumbas (es la forma elegante de decir: “autónomo”). Pero toda la serie Souls, Bloodborne y hasta Sekiro habla sobre la avaricia y la codicia del hombre. Parches no roba por robar, no te tira colina abajo tentado por conseguir un botín por molestar, lo hace para burlarse de tu codicia. Es interesantísimo que podamos llegar a entender su presencia en todos los juegos de Miyazaki como un superviviente a este pecado. Él no ansía nada, solo castigar a los que acumulan. Y eso le ha permitido sobrevivir al paso de las eras, desde lo medieval de Demon’s Souls y Dark Souls hasta lo más moderno de Bloodborne. Ojalá esté en Elden Ring.
Es por eso tan entrañable encontrarse de nuevo a Parches, porque ahora, tras jugar a Dark Souls III, lo conocemos más y mejor. Y creo que Bluepoint también lo conoce más y mejor. Llevo unos días dándole vueltas a la cuestión de que los protagonistas exageran mucho sus gestos al hablar en este remake; que es confuso que ahora todos muevan los labios al hablar, y que los únicos que no lo hagan sean el Monumental y la Dama de Negro, ¿el motivo? Algo que los une.
Sin embargo, tras ver a Parches y pensar en él, tras llegar a Demon’s Souls Remake tras toda la serie Souls y tras entender lo que Miyazaki quería contarnos, hubiera sido sensacional que Parches hubiera sido el único con la capacidad de mover los labios. ¿Y por qué? Porque, aunque no lo parezca, él es la única persona buena de todo el juego. Él es el único que no ambiciona almas, que critica a los crédulos y se burla de los magos. Parches es el único personaje verdaderamente libre de todos los Souls. Parches juega con todos y disfruta haciéndolo. No se casa con nadie, no traiciona a nadie porque no le entrega su confianza a nadie, e intenta poner orden en un mundo caótico y cruel a través del humor y del juego, del play.
Por Parches. Ahora y siempre.
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