Omni, otra forma de jugar

A mí me quitan el pad de las manos y me siento manco. Soy de esos que incluso pasan del binomio teclado y ratón, enchufando mi mando de Xbox 360 en el PC con ánimo de hacer torpes headshots a base de stick. Es por ello que la mera idea de jugar de pie y haciendo cucamonas me parece absolutamente fuera de lugar, rompiendo a mi parecer con el más clásico de los conceptos videojueguiles.

Aún así, cuando en su momento se anunció aquel 'revolucionario' Activator de Sega, en el que te podías poner a pegar patadas en vivo para jugar al Street of Rage, no fuimos pocos los que saltamos de emoción. Luego veías las demostraciones que del cacharrejo se hacían y la coherencia brillaba por su ausencia, por no decir que eso de poner aquel trasto en el suelo, ocupando media habitación era cuanto menos irrisorio. Claro está que más tarde vendría Kinect y se haría con una porción de la casa aún mayor...

La cosa es que no me faltan en casa dispositivos de estos con los que hacer el estúpido si juegas con ellos teniendo la ventana abierta. Pero la verdad sea dicha, no he terminado de engancharme nunca a esta 'nueva' forma de jugar. Wii se convirtió en la consola a la que jugaban mis padres cuando venían de visita, el Move de PlayStation 3 me gustaba únicamente para Time Crisis 4, House of the Dead Overkill y demás juegos de puntería; y Kinect... bueno, de Kinect salvo por méritos propios al divertidísimo Rise of Nightmares y al eficaz Your Shape, el único título capaz de hacerme ver que sí se puede hacer deporte frente a la consola. Por lo demás, ahí están todos estos soportes muertos de risa, con move y wiimote esparcidos por mi mesa; o Kinect, ejerciendo únicamente de rudo micrófono.

Es entonces cuando contemplo el nuevo invento que podéis ver a continuación y se me caen los palos del sombrajo:

Todos sabemos lo mucho que mola algo como Oculus Rift. Colocarte las gafotas e introducirte en el entorno tridimensional generado por la máquina es una pasada de las que hacen época, prácticamente el sueño hecho realidad de todo jugón. Aún así, debo confesar que, habiendo probado dispositivos tipo Sony HMZ-T1, este tipo de añadidos cansan sobremanera, hasta el punto de que no puedo llegar a hacer una sesión prolongada sin que me entren ganas de tirar el cacharro por la ventana. Extraña era la sensación que se me queda en el cuello, después de ajustar mi equilibrio personal por el peso del headset de marras...

Pero no por ello deja de ser menos atractivo lo que se muestra en el vídeo, un invento llamado Omni que Virtuix está a punto de lanzar a través de Kickstarter, con la idea de poder colocarlo a disposición de quien tenga entre cuatrocientos y seiscientos dólares del ala. La idea en sí es atractiva a más no poder, aunque no sé hasta qué punto se puede ser competitivo jugando a algo con este artilugio... pero a buen seguro que uno se convertiría con esto en casa en la envidia de sus vecinos más jugones. Eso sí, el resto que se prepare, porque movernos a toda leche con Omni tiene pinta de ser más ruidoso que el eructo del cantante de Manowar.