Nuevas consolas sin juegos en el horizonte
Quizá estemos hechos unos caprichosos, pero, si echamos un vistazo a las últimas consolas el panorama de estrenos de cara al próximo medio año que tenemos por delante es algo descorazonador. ¿Dónde están nuestros juegos?
Porque si bien es cierto que el catálogo de Wii U tiene un fondo de armario considerable de salida, también es cierto que se presenta en los próximos seis meses con una cartera de catorce títulos. Catorce de aquí al próximo E3. La cifra no es para tirar cohetes y además es floja si tenemos en cuenta dos aspectos: que Wii U acaba de salir al mercado por lo que Nintendo necesita bombear novedades a un ritmo constante para conseguir vender máquinas de aquí al próximo otoño, y que, no lo olvidemos, los meses de febrero y marzo de este año vienen cargados de grandes bombazos que han obviado deliberadamente a la consola nipona.
Como first party, Nintendo sí que ha hecho los deberes. Tiene un Pikmin 3 preparado para Wii U, tiene encargado un Lego City Undercover que pinta extremadamente bien para su consola pero parece que, en estos primeros compases, las third parties vuelven a fallar y sólo cuenta con el apoyo de Ubisoft y su Rayman Legends y SEGA, que tirará de Aliens: Colonial Marines y The Cave para la consola en un lanzamiento multiplataforma. Capcom, con su Monster Hunter, también hace una tímida apuesta.
Si echamos la vista a 3DS podríamos decir que nos esperan tres cuartos de lo mismo. Quitando de nuevo el esfuerzo first party de Nintendo con Animal Crossing y Luigi's Mansion, el panorama vuelve a ser desolador. No nos lo inventamos nosotros, id a cualquiera de vuestras tiendas online de referencia y echad un vistazo a la sección próximos lanzamientos. El paisaje no es esperanzador.
Pero si en los casos de Wii U y 3DS por lo menos se ve un empeño claro de Nintendo por potenciar su máquina desde el producto propio, que es la que en el fondo marca la diferencia respecto a la competencia, el caso de Sony con Vita todavía es más aterrador. No nos cansaremos de repetir las bondades de la máquina, posiblemente una de las piezas de hardware más desaprovechadas hasta la fecha, pero sus perspectivas para estas semanas son un páramo.
Pasado el ciclón navideño que nos trajo superventas para todos los gustos y de todos los colores (Need for Speed Most Wanted, FIFA 13, Assassin's Creed Liberation, Black Ops 2 Declassified) no tenemos ni la más remota idea de lo que nos espera para Vita en estas próximas semanas. Realmente, no sabemos que le espera a Vita en lo que queda de año.
Lo irónico de la situación sucede cuando giras la cabeza y te vas a buscar consolas en otro segmento del mercado. Sí, me refiero a Ouya. Nos podrá parecer un ful, una estafa o el próximo gran fracaso de la industria, pero la consola abierta basada en Android se va a presentar el día 1 con un catálogo de juegos que posiblemente supere al de las tres consolas que citamos.
En casos como estos es cuando queda patente la importancia de la retrocompatibilidad como herramienta para una transición gradual. Sony ya potencia desde hace tiempo los clásicos de PS1 y PS2 a través de su store y Nintendo debería hacer lo mismo. A falta de novedades, por lo menos que se pueda jugar a algo. Aunque sea al primer Pikmin.
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